martes, 30 de abril de 2013

3/02/2012 Acerca de las entrevistas de trabajo


Era una cita muy importante. Tenía que estar bien, sentirme bien. Dos horas dedicadas a ponerme guapa, bueno, dedicada a mí misma. Una duchita, unas cremitas, una ropita linda, un pelito peinadito, nada de dos minutos de secador a lo salvaje, algo de maquillaje, por poco que sea ya me noto rara por lo infrecuente del rimel en mis pestañas. Y al fin, lista. Allá voy, allá fui, una especie de entrevista de trabajo, se trataba de una preselección para después pasar otra selección, para poder tener un mini-job, que me permitiera sentirme libre, autosuficiente y válida. Iba a suceder todo en un edificio muy grande, de esos que todavía parecen más impresionantes porque en la entrada hay un guadia jurado que anota tus datos con el dni en la mano y te permite pasar, dirigiéndote al punto concreto donde te esperan. Éramos dieciocho personas, diez de las cuales eran inmigrantes, con mucha experiencia en Carrefoures, toysaraises y pans an companys. El trabajo no era como actriz, no, ni redactora, no, ni escritora de artículos varios, no. Era para trabajar en una tienda de vendedora. -Señora, si usted busca otra cosa este no es su sitio. -No, no, si me vale, cualquier cosa, que  sea trabajo, que pueda yo salir de casa pa trabajar y ganarme un sueldecillo, no me importa de lo que sea, bueno, mire usted, yo no vendo mi cuerpo, vamos que de todo menos de puta, quede claro el asunto.
    Por lista me tocó la  primera en hablar...Mi nombre es ... resido en ....he estudiado bla bla y bla bla, y después estudié también bla bla, pero bueno a lo que interesa, que tengo experiencia, que yo he vendido antes, que yo iba al mercadillo con mi padre y vendía alfombras de aladino, bueno, no volaban pero yo las hacía volar. Sí que también tengo experiencia en el trato con el público, que he estado en un salón de juegos, casi acabo haciendo una tesis sobre el juego, que sí que me interesa, lo que sea, disponibilidad total.
    Después de hablar yo, escuché los diecisiete candidatos restantes, que sentados alrededor de aquella mesa ovalada contaban sus casos, algunos muy brevemente, otros apenas hilaban palabras por la dificultad para hablar con soltura el castellano, no sólo había sudamericanos, también los había ucranianos, rusos, en fin. Admiraba su capacidad de enfrentarse a este tipo de situaciones sin controlar la lengua. Pero lo hacían, y lo hacían bien, tenía mucho mérito.

    En fin...Ya veremos... 

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