sábado, 29 de abril de 2017

La última producción de TEPAHI, "El sueño de Sirenita"


No recuerdo exactamente el día, sé que estábamos en el local de Blas, sentados unos cuantos en el sofá otros tantos en sillas, pero seguramente hace más o menos un año, recién parida nuestra querida "Mami Naturaleza". Sergio había tenido un sueño, y nos contó a unos cuantos que ya sabía sobre qué personaje iba a girar la obra del año siguiente. Había soñado con Laura, y con unas conchas. Cualquier mente sucia hubiera pensado que además de loco soñador fantaseaba con las actrices de tepahi, pero no, como no teníamos la mente sucia ya sabíamos que empezaba a tener los flashes típicos de los locos soñadores hiperactivos. Solo sabíamos que había una sirena y de alguna manera todos queríamos sumergirnos en el mar, o mejor, en el océano. Bastó su fantasía para arrancar. Tuvimos una asamblea, en la que unos caballitos nos pidieron silencio y tras la votación del proyecto, la mayoría apostaba por un nuevo proyecto, Sergio no estaba muy convencido aún y prefería entonces hacer una obra recopilatoria. Lo cierto es que no hubo que convencerle mucho, su mente ya estaba en marcha desde aquel sueño con Sirenita, y sus conchas claro. Así que en la siguiente asamblea nos contó por encima algunas de sus ideas. Una boda a la fuerza, en medio podía aparecer una cantina típica de marinero, luego también veía payasos, con mucho color, animalitos marinos,... ¡Esa cabeza! Bueno, ¡esas cabezas! Con la idea del mar empezaron a surgir animales marinos, el problema de contaminación de nuestros mares, y los payasos, Sergio veía payasos. Él no podía implicarse este año, imposible, tenía un trabajo como profesor y unos horarios que cumplir, y mucho trabajo que hacer, además de sus galas de magia y otras historias. ¿Quién la escribiría? Me preguntaron que si yo me comprometía a hacerlo, a escribir una obra basada en todas esas ideas, enlazar todo, pensar en personajes, más de cuarenta actores en escena, que todos tuvieran su momento de gloria...A mí me gusta escribir, y tampoco lo hago mal, las ideas de las que partíamos estaban claras, más o menos, así que acepté el reto. A ese reto siguió otro, no menos importante, la dirección del proyecto. Sergio no me dejaba sola, pero este año no podía estar físicamente ni tampoco podía implicarse tanto mentalmente. Pues también acepté ese reto, el de dirigir la obra, el de ayudar a los actores, que no son profesionales y aunque esta es la quinta obra y algunos ya podían sentir que tenían tablas, verdaderamente era un reto para muchos de ellos puesto que teníamos que trabajar con mucho guión. Ya se sabe, empecé a escribir y los diálogos iban viniendo a mi mente. No fue fácil a nivel guión, partiendo de la hoja en blanco. ¿Cómo hacer justificable la aparición de una taberna en medio del mar? ¿Y payasos? ¿Un circo? ¿Cómo justificar cada una de las transiciones que Sergio veía tan claras? Un sueño, es un sueño...
En diciembre estaba el guión escrito, pero ya había cosas que se iban tejiendo tanto de escenografía como de vestuario, peces, corales artesanales que nos llevaron muchísimo tiempo, la torre, la concha (menudo trabajo de ingeniería conseguir lo que estábamos buscando), la barra de bar... El guión sufrió varias modificaciones, una de ellas cuando sentada en el sofá de casa, con el reparto de frases a los distintos peces y medusas vi que tanto los unos como los otros podían ser coros y trabajar con ellos rescatando la idea del coro griego. Di un salto de alegría por la inspiración y mi marido y mis hijos se quedaron absortos cuando empecé a gritar: ¡Claro! ¡Son coros! ¡Medusas y peces! ¡Coros! ¡Coros! Es verdad que mi familia está curada de espanto desde que hice aquel micro de teatro siendo un poto, con un montón de ramas en la cabeza, pero aquella idea hizo temblar el comedor.
En fin, verdaderamente ha sido un trabajo muy duro, no puedo obviar los muchos momentos en los que resoplé, aunque apenas dije nada, soy una mujer muy contenida de puertas para afuera (eso dice mi marido). Es obvio que no era fácil, porque se trataba de repartir los personajes entre cuarenta y pico personas, todos con entusiasmo y con muchas ganas de tener una aparición importante, no todos comprendieron a la primera que hasta la más mínima intervención hacía grande el proyecto, porque lo que verdaderamente importaba era el objetivo de poner en pie una obra dirigida a un público infantil fundamentalmente y con el poder de emocionar a los mayores, que con la ayuda del Ayuntamiento de Leganés, iba a llegar de forma gratuita a casi 2.500 niños, entre ellos nuestros hijos es cierto. Se intentó repartir el trabajo por departamentos: Creatividad, Dirección, Administración, Grupos de Peces, Grupo de Medusas, Grupo de Piratas, Grupo de Payasos, y aunque se produjeron discusiones y algunos malos entendidos, al final todo salió bien, nos terminamos entendiendo todos. Las cantantes trabajaban por libre, y Sergio siempre estuvo para cualquier imprevisto y fue de gran ayuda su guión técnico que era lo que más miedo me daba.
Como directora, obviando lo que ya he contado de esos pequeños malentendidos, he de decir que ha sido un gusto trabajar con personas tan entregadas, tan llenas de alma, tan dispuestas a mejorar y a trabajar. Es cierto que ya con el "cargo" de directora me dejé llevar por el impulso creativo y disfruté como una enana en muchos momentos. Me acuerdo especialmente de aquella coreografía de los piratas, cuando me grabé e hice un rollo de papel lleno de viñetas para colgar en la pared del local y trabajar con mis queridos piratas. Las propuestas de los malotes y su canto inicial; los muchos momentos de ensayo privadamente de las dos protas que llegaban al aula 4 con su texto trabajado y aceptando cualquier orientación y pauta que se les diera; y Neptuno, con esas parrafadas que iba memorizando en cualquier minuto libre que tuviera; esas coreografías de peces con muchos intentos de quedar todos y que fue casi imposible hasta el ensayo general, ese patrón increíble que nos trajo un pececillo muy payasete; o las coreografías de las medusas, sus maravillosas ideas de paraguas flotantes y transparentes con cintas colgando, todo el tiempo invertido en acercarse lo máximo a los bancos de medusas; y los payasos... Debo confesar que esa escena no la vi hasta el final, y ha sido lo máximo, recuerdo el reparto de los objetos con los que iban a trabajar, muchos de ellos prestados por un cole, al igual que parte del vestuario...recuerdo que para verla en la cabeza hice viñetas de cada una de las apariciones. Y al final una vez más reconozco que el loco soñador tenía razón, tenía cabida y la pudimos encajar de forma maravillosa según nos confesó una profe. Y nuestras Voces, cada cierto tiempo me enviaba un audio la mujer de los ojos de gata, y a mí se me ponían los pelos como escarpias de la emoción. Y cuando enviaban a Creatividad esas maravillas pintadas en una buhardilla por unas manos maravillosas.... Y ese caballo que trajo un pirata que doblaba papel y que tiene el arte metido en sus manos. O cuando un coche se estaba creando e iban apareciendo las piezas fotografíadas, hasta que al final, en aquel taller sita en el piso primero de una calle cualquiera, una mujer, la pequeña gran mujer como dice Laura, se sacó de la manga y de su inmensa capacidad creativa un coche, maravilloso, ese del que salió un comercial convertido en payaso, un comercial que una vez lo hubo ¡aparcao! se dirigió a los niños y los llenó de magia. La misma magia con la que un Maestro de ceremonias los había llevado al circo.
También me acuerdo de Margarita, la mujer que estaba tan ilusionada en la creación de muchos de los trajes entre ellos los de las protagonistas y malotes, y que iba a venir a vernos ilusionada. Ella estuvo, estuvo su energía y su luz, solo así se explica la fuerza de ellas. Qué gran muestra de valentía de Sirenita y Cangrejín al salir a escena con esa carga emocional de una pérdida inesperada a tan solo cinco días del estreno.
Hoy me duele un poco la cabeza, es como si ayer hubiera estado en una fiesta con mucho batido de mandarina y mango. Le preguntaré a los piratas qué hacen cuando esas bebidas que se toman les produce resaca. Han sido tres días de fiesta, ocho representaciones, seis para niños de diferentes coles de Leganés y dos por la tarde abiertas al público en general. Ha sido algo fascinante, gracias, muchas gracias a todos los tepahinianos y gracias a todos los que nos habéis apoyado en esta locura. No olvidar a nuestro querido Pepe, gracias por tu implicación y profesionalidad, y por tu arte interpretativa jeje,  y a todos los técnicos que estuvieron con nosotros, entre ellos Ricardo ya poseedor de la camiseta de Tepahi. 
El 2 de junio volveremos...en el Egaleo, un espacio diferente, pero prometemos adaptarnos e intentar hacerlo lo mejor posible.

Gracias!!!

Isolina Cerdá Casado

PD

¿A que no sabéis lo que nos dijo Sergio ayer tras recoger todo sentados en el sofá del local de Blas? Sí, había vuelto a soñar.....















lunes, 24 de abril de 2017

Una peculiar arenga como co-directora de "El sueño de Sirenita"




Queridas y queridos miembros de Tepahi:

A tan solo tres días del estreno de la que sería nuestra quinta obra y desde el departamento de Dirección, queremos agradecer a todos vosotros la gran implicación para llevar a buen puerto nuestra última producción. Hemos ido creciendo, empezamos con “Cuentonaje” (2013), y seguimos con “Duendolín” (2014), “Una historia de juguetes” (2015), “Mami Naturaleza” (2016), y ahora como quinta producción “El sueño de Sirenita” (2017).
Todos y cada uno de nosotros ha hecho y está haciendo posible que sigamos adelante con la realización de una obra nueva cada año. Así que gracias, muchas gracias.




 Como co-directora de la obra deciros que sois unos valientes, locos, tanto como Sergio, solo así se explica esto.
Quiero deciros, de cara al día del estreno, a los próximos miércoles, jueves y viernes, que lo vamos a hacer muy bien.
¿Por qué? Porque hemos trabajado, y no solo eso, hemos puesto el alma, y cuando se pone el alma, sale bien, porque sencillamente vamos a darlo todo.
Y vamos a dejar a un lado cualquier tipo de cosa, comentario, reyerta o distracción que nos reste. Porque necesitamos que todos rememos a la vez.
Todos y cada uno de nosotros somos importantes, desde el que mueve una tela, hasta el que solo dice en toda la obra “¡Eso!”, porque esa persona que está soltando ese “Eso” representa justamente el espíritu de Tepahi, ella solo sale en un sueño pero da igual, está disponible, se ofrece y hace lo que sea para que esto salga bien. Y cuando los malotes salgan a escena, ese fondo marino se va a mover gracias al espíritu de Tepahi, y cuando los actores principales salgan, y hablen, se pueden equivocar o no, pero tened la seguridad de que no estarán solos, porque el Cangrejito y la Sirenita tendrán a montones de Medusas y de peces mandando su energía para que sientan que están acompañadas. Y cuando un valiente actor se meta en la piel de Neptuno, con cierto respeto y muchos nervios, no estará solo, además de unos caballitos tendrá a una mujer de negro vigilante siempre, como todos. Y cuando el cantinero loco salga a escena (e improvise el texto jajaja) tampoco estará solo, Y cuando nuestras voces valientes salgan a cantar, no estarán solas, todos y todas estaremos con ellas. Y aunque algunos días no pueda estar físicamente nuestro querido co-director, estará su corazón, sus directrices, y ¡también estaré yo!
Así que, antes de cada función recordemos todos eso, somos un equipo, remamos en la misma dirección, tomaremos unos minutos para respirar y relajarnos, pero tras ese tiempo vamos a ir a por todas.
Porque…¿Qué somos? Peces, medusas, piratas, sirenas…
Somos padres y madres
¿Y qué hacemos? Nadamos, vivimos en el mar.
Hacemos teatro para nuestros hijos.

Y cuando alguien hace algo con tanto amor e ilusión, no puede salir mal, aunque nos equivoquemos, no pasa nada, porque en vez de quedarnos en casa relajados, hemos elegido estar aquí, ensayando.

No hay más que decir, bueno sí: Gracias a todos.

Isolina Cerdá Casado


Día del libro






Lo escribí y lo leí delante de una marea azul preciosa 


Hoy es el día del libro. Parece ser que la idea original fue del escritor valenciano Vicente Clavel Andrés, quien la propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona en 1923 y fue aprobada por el rey Alfonso XIII en 1926. Hasta 1930, sin embargo, no se celebró el 23 de abril sino el 7  de octubre.
Estamos en el 2017 y hoy más que nunca es necesario rememorar y celebrar un día como este. El día del libro, ese objeto con poderes mágicos inimaginables.
Oh, dios mío, ¡benditos libros!
Sanadores del alma
Contadores de historias
Revulsivos, ilustradores, apaciguadores.

Paz.
Paz en el alma de aquellos que están confusos
Que abran un libro, que viajen con él, que amplíen, que descubran, que sean tolerantes.
Abran un libro, no, no abran solo uno,
Que abran montones de libros,
Y que lean: cuentos, historias, que empaticen, que se pongan en el lugar de aquel que sufre o de aquel que es feliz y te cuenta un cuento o de aquel que ha vivido y te escribe sobre los múltiples firmes por los que atravesó valiente y lleno de fuerza: había hierba, caminos rocosos, valles, precipicios, árboles gigantes en selvas vírgenes.

Hoy, un día como hoy debería hacerse un intercambio.
Sí, a aquellos que poseen armas, os convoco, os doy un libro, me dais vuestras armas y las guardamos en un lugar secreto. A aquellos que creen tener la certeza de que su causa lo justifica todo, también os convoco, os doy un libro, me dais vuestro extremismo ciego y lo guardaremos en un lugar secreto; os puedo dar también un papel en blanco para que escribáis vuestro odio y desaparezca para siempre de vuestro corazón.
A aquellos que tienen el poder de acabar con el sufrimiento también os regalo un libro, para que abráis vuestra mente y actuéis pronto.

Abramos un libro, para conocer, para aprender, para reírnos, para emocionarnos, para ser personas con alma y corazón. Para saber y ser poseedores de ese tesoro que nadie nos podrá arrebatar nunca: una mente libre, llena de conocimientos, de historias, de vidas.

Porque hoy, hoy es un día especial, el día del libro,
El día del tesoro que llega a serlo gracias a muchas personas que lo hacen posible.
Gracias a las letras, gracias a los que juegan con ellas y escriben, sobre el mundo, sobre una materia, sobre su vida, sobre una historia mágica, sobre una fantasía… Gracias a las editoriales, a las imprentas, a las bibliotecas y a los bibliotecarios, gracias a los libreros, pero gracias también a los lectores, en cuyas almas culminan las historias que guardan ellos, los libros.

Brindemos por todos ellos, para que nunca se rindan ni dejen de existir los diferentes eslabones que hacen posible la existencia y el acceso a los libros. Y hagámoslo con las palabras del escritor uruguayo Mario Benedetti:

No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,
continuar el viaje, perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros, y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,
aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento,
aún hay fuego en tu alma,
aún hay vida en tus sueños
porque cada día es un comienzo nuevo,
porque esta es la hora y el mejor momento.
Porque no estás solo, porque yo te quiero.


Soy un libro 
Y te espero.


  Isolina Cerdá Casado








domingo, 16 de abril de 2017

Sentido íntimo del teatro, de Hubiera, de Mercedes.




    No voy a hablar de lo que representa el teatro para la sociedad, de su papel como dinamizador, revulsivo, reflejo, espejo, cocina social, no, eso ya está escrito. Quiero escribir sobre ese momento íntimo del actor, ese momento en el que algo cambia, cuando el germen de algo muy grande se deposita en tu corazón y te ves avocado a una especie de relación amorosa con el arte de la interpretación de la que nunca podrás desvincularte. Y es una relación que va evolucionando en el tiempo, en cada etapa, con cada trabajo.
Cada instante en el que caminas por las tablas de un escenario tu espíritu se modifica y siente mil cosas diferentes. Cada representación de teatro es un arte efímero. Porque no hay dos funciones iguales, nunca, aunque lo intentes, aunque tu intención sea repetir ese momento creativo de la misma manera, tú ya no eres la misma, ni el público lo es, ni si quiera tú estás igual que estabas, en cada caminar vas creciendo como una persona y en cada representación creces como actriz.

Hubiera es un reto maravilloso para una actriz como yo, una gran responsabilidad, la de dar vida a Mercedes.





Una Mercedes que nos habla de su vida con una sinceridad y sencillez que es fácil reconocerse en esos detalles que todos tenemos en nuestra propia existencia vital, y que quizá por básicos no se habla de ellos, de lo que sentimos ante ese primer amor, ese recuerdo de infancia que nos marcó...



Mercedes camina, Mercedes baila, Mercedes suspira...e Isolina es la actriz que se mete en su piel, la que le da vida, la que camina como si..., la que moviliza su energía para desaparecer y dejar que el personaje hable a través de ella.


    Mercedes, cuéntales, como tú lo harías. Aquí me tienes. Julián escribió tu historia, qué gran historia querida. Andrés lo vio, vio que Hubiera era grande y se embarcó para llevar y llegar a ese destino maravilloso de esta gran obra, y se vio capaz de darle vida, es muy valiente. Cuando el texto ya estaba instalado en mi memoria, entró poco a poco sin presión, Andrés me dirigió, me guió para ir llegando a ese punto de evolución dramática que él ya intuía que llegaría. Óscar y Jesús siguieron amando a la criatura. Dando abrazos a Mercedes, de puro amor hacia el teatro, por el teatro, para el teatro.

    Y así estamos ahora, dos días más, dos oportunidades para conocer su historia, para que siga creciendo, y encontrando los diferentes niveles de tu vida, encontrar hasta el detalle más sútil o aparentemente insignificante que sirva para añadir color a su vida, la de un personaje cualquiera en el que reconocernos. Y con trabajo llegaremos, llegaremos a conseguir una perfecta escultura teatral siempre efímera que del corazón llegó al papel a través de una dramaturgia maravillosa, y que se hizo teatro de carne y hueso, con mi carne, con mi hueso, con las directrices acertadas de un director alado, con el abrigo de unos productores amantes del teatro.

Escribo aquí porque quiero seguir creciendo, lo confieso, quiero seguir encontrando, quiero que Mercedes siga caminando y que el sonido de sus zapatos negros no se silencie. Allí, en ese espacio mágico, en la cueva del Teatro de las Aguas.

Sin duda, soy afortunada. Gracias Universo por esta oportunidad.

Isolina Cerdá Casado


https://www.atrapalo.com/entradas/hubiera_e4800967/




martes, 11 de abril de 2017

Taller de escritura: Servilleta arrugada


    El pan se puso duro, estuvo mucho tiempo sobre la mesa, nadie lo recogió, ni para guardarlo ni para llevárselo a la boca. Ese trozo de pan había empezado a integrarse en el paisaje. La cocina generalmente estaba desordenada, como su alma, se había convertido en una olla en la que introducir todas las verduras pochas con las que se encontraba.

    Empezó a caer, casi sin darse cuenta una lágrima que recorrió su mejilla, llegó hasta su boca, se la volvió a tragar. 
    La servilleta no fue necesaria, aunque por sus arrugas era evidente que alguien ya la había utilizado. ¿O era un pañuelo lleno de tristeza?

Isolina Cerdá Casado

Pos pandemia. Corazón postraumatizado.

      Hoy, ahora, hace un momento, me dio por hacer limpieza del bolso. Mi bolso es una especie de contenedor de vida, también de objetos pu...