miércoles, 18 de mayo de 2022

La luna te está mirando.

 

    La luna te está mirando, ella lo sabe todo, sabe que todo pasará y volverá a salir el sol, y ella, y el sol otra vez, y ella, y tú la mirarás con ojos distintos, ella será la misma pero tú no la verás igual porque la vida te habrá cambiado.
    El paso del tiempo, las huellas del camino, los bofetones a destiempo, las desnudeces provocadoras, la muerte y la pena, la risa y el baile de tambores, los sueños rotos y los irrompibles, la pérdida y la ganancia, el virus y su virulencia, las marcas de muerte en la piel, el chiste y la magia, los besos y el roce de los cuerpos, el frío intenso y el calor asfixiante, el rojo y el azul, los miles de abrazos pendientes rebozados en lágrimas de felicidad, los pensamientos paralizantes y los liberadores, la distancia, el vacío,... 
    La luna te está mirando, pero tú ya no la ves como la veías antes, casi no te da tiempo de mirarla, ella está como siempre pero tú ya no eres igual, el tiempo te cambió la sombra, no fue el sol, fue el tiempo, la fue tumbando, la hizo muy pesada, tanto que apenas te dejaba caminar, y arrastrabas esa sombra tuya cada vez más costosamente, te obligaba a caminar despacio, los que te querían trataban de ayudarte, te daban la mano,  hasta se ofrecieron a llevar tu sombra, pero no podían cargar con ella,  de la sombra no se puede uno despegar.
   Hasta que un día, mirando la luna, esa luna que ya no era igual, ella, que también te miraba te guiñó un ojo, solo trataba de hacerte ver lo evidente.
 Cuando la noche es oscura y la luna se renueva, tu sombra se libera de ti y se va a jugar con el viento, pero tú obsesionada con su peso sigues siendo prisionera de ella aun sin estar contigo. 
    Esa noche la luna te abrió los ojos, liberó tu mente y te permitió caminar con ligereza, libre, tranquila.
    Tal vez no fuera la luna sino el tiempo.

 

miércoles, 11 de mayo de 2022

Tonos creativos





 

¿Sabes lo que te digo? Yo, un resto de pera medio pocha a punto de ir a la basura, sí, yo, rodeada de piel de mandarina, hueso de dátil y de restos de mi propia piel. Sabes que estoy en todo mi derecho de decirte algo, a ti, que  llevas una racha ñoña, cansinamente sensiblona, que si sensaciones, emociones, sentidos...
Ya me gustaría verte a ti en mi lugar, me cogen, me toquetean, me lavan y me comen, o me pelan y me comen, o me tiran sin más después de estar metida en una nevera con el único propósito de alargarme la vida y evitar mi oxidación. ¿Pues sabes lo que te digo? Que te den ingrata de lágrima fácil, no es fácil para ti ni para nadie, te zampaste varios trozos de mí misma, amargada, pensando en problemas, y yo te digo que no son problemas, es la vida. Al menos la tuya tiene más alicientes que un destino cruel como la mía, ser postre o tentempié de media mañana o media tarde, diseccionada por dientes o por un cuchillo de cocina, si al menos fuera una navajilla toledana me consideraría descuartizado y despedida con honores, pero ni esa pequeña gloria me das. Lo único que te perdono es que en esa explosión creativa que has tenido en pleno almuerzo me has puesto unos ojos y una boca con la que desahogarme ante la claridad que me da  este nuevo sentido que me has dado con tu bolígrafo Bic  de cuatro colores, utilizaste el negro, gracias, me gusta su contraste con mi verde piel. 
    Ya sabes, ve modificando el tono que ya toca el cambio de estación, se regenera el cabello y el calor da sus primeros coletazos.

Isolina Cerdá 

martes, 10 de mayo de 2022

Sensaciones

 

El contexto ambiental donde surgió la idea.

Hoy le he estado dando vueltas a una idea, fue tras una sensación. De repente me acordé de mi madre, me vino el recuerdo a raíz de la próxima  cirugía, sin buscarlo, fue cosa de la mente, sentí que estaba conmigo, no físicamente claro era su espíritu, como si una parte de su yo estuviera en mi mente, o en mi corazón, no sabría explicarlo. Entonces pensé en mi tío Martín, su hermano que falleció en noviembre del año pasado, también lo sentí ahí. Luego pensé en una tía a la que quiero mucho pero hace años que no veo, aunque hablo con ella de vez en cuando,  está viva, pero su recuerdo era muy parecido al de los familiares que se fueron físicamente, entonces fui consciente  de que aquella sensación era parecida a otra ya experimentada, volví a sentir lo mismo que aquel día cuando vi el cuerpo inerte de mi tío poco antes de darle sepultura, su cuerpo ya no tenía vida pero él viviría conmigo para siempre en forma de recuerdo de vida compartida, de ideas intercambiadas, de miradas, de sonrisas preciosas. Supongo que esa conciencia  puede surgir cuando el duelo ha pasado y te permite despertar esas sensaciones.

    Sentí cierto alivio y quería compartirlo.  Gracias a nuestros seres queridos tenemos el corazón repleto de una energía vital que nos ha regalado el amor sincero de nuestra gente y que siempre estará con nosotros. 

Isolina Cerdá 

lunes, 9 de mayo de 2022

¡Sonríe! ¡Sonríe! ¡Sonríe!


Rosa -¿Qué tal estás?
Rosita -Bien, bien, bien.
Rosa -¿Por qué tres?
Rosita -Porque tres mejor que uno.
Rosa -Depende.
Rosita -¿De qué?
Rosa -De nada.
Rosita -No te entiendo.
Rosa -Yo tampoco.
Rosita -Sonríe anda.
Rosa -¿Por qué?
Rosita -Porque nos hacen una foto hija.
Rosa -Pues no es mi mejor día.
Rosita -Ya, eso ya lo sé. Pero tú sonríe, sonríe y sonríe. 
Rosa -¿Pero porqué otra vez tres? ¿Qué te ha dado con el tres Rosita?
Rosita -No me ha dado nada pero de estas cosas mejor tres, porque mejor sonreír tres veces y que quede un poso de esas sonrisas en tu rostro y en tu alma que no quede nada más que confusión y torpeza. ¿Qué te parece?
Rosa -Me parece bien, bien, bien.

 

Pos pandemia. Corazón postraumatizado.

      Hoy, ahora, hace un momento, me dio por hacer limpieza del bolso. Mi bolso es una especie de contenedor de vida, también de objetos pu...