martes, 26 de junio de 2018

Moras








No queda nada, solo una mancha roja, que no hay forma de eliminar, porque está llena de emociones. No te dejes, no te arrastres, no te mezcles con ese rojo intenso, que tu sangre se quede dentro, la que tenga que estar ahí y que salga la que donas, el casi medio litro que sale feliz porque sabe que ayudará a gente que como tú o tu familia en algún momento se necesitó. Y si quieres regalar gotas de fluidos carmesí hazlo, pero libremente y sin compromisos. 


Eres bella, aunque te coman los pájaros, por eso ellos te comen, porque sabes bien y alimentas almas con necesidad, cuerpos con carne que tiene que seguir nutrida, oxigenada y purificada con nuevos nutrientes. Eres negra, roja, blanca, eres una mora preciosa, con deseo de alimentar, con entusiasmo por seguir soñando, creciendo al sol, con unas raíces sanas, y que saben elegir bien la tierra de la que se alimentan. Voy a coger tu árbol, solo un momento, fugazmente, voy a mecerlo como cuando lo hacía con mi niño chico, intentaré llenarme de su sabia, a través del abrazo, del simple contacto, del cariño sudado, del amor de madre. Luego lo volveré a dejar en su tierra, en su espacio, en sus raíces, solo será una fantasía, con las fantasías también se puede sentir. Esto es una fantasía literaria, con el juego de palabras que acarician tus ojos, que sienten el dolor que está en ellos, la chispa irónica, la ilusión, el sueño inmortal que va asociado a la vida mortal. Tu sueño siempre estará ahí, el impulso que te mueve, la raíz de la morera, la que te lleva el alimento hasta el alma con un capazo lleno de ideas creativas. 
¿Qué es la felicidad?
La felicidad es un instante al caminar, justo en ese momento en el que sientes cómo el viento llega hasta tu cuello con un beso fresco.




Aunque haya muchos sueños, muchas moras preciosas, muchas ideas...no importa, tus sueños son necesarios para el mundo. El filo del cuchillo querrá hacer de ti mermelada, y creerá que es suyo el producto conseguido, y lo que es peor, te hará creer que no tienes mérito, pero sin ti no hay nada, sin ti no tiene sentido esa textura deliciosa. Eres porque ya eras, siempre has sido. 


Dejaste que te cortaran pero sigues siendo tú. Te mando mi energía, te mando la luz del sol, el aire fresco en el cuello, y una tostada con mantequilla y deliciosa mermelada de mora, tú, maravilloso fruto que nos ofrece la madre naturaleza.
Te he cortado con cariño, con respeto, con trabajo.
Mora, que te quiero mora,
preciosa y linda 
y libre
y feliz.


Isolina Cerdá Casado

viernes, 1 de junio de 2018

Mil años

    Hacía mucho tiempo que no venía por aquí.
Ya lo sé, no me lo digas, es evidente que he estado en otras cosas, lugares, ideas, carreras,...
Vivía. Esto también lo es. Vivir. Mirando a través de las paredes, a través de los montones de ropa recién lavada, a través del horno de la cocina, a través del odio, del estado equivocado del alma, a través de palabras hirientes, que queman, que hacen daño, que sofocan el alma y la rocían de aceite hirviendo. He estado, estoy...
Que no haya escrito puede significar mucho y nada, vivir, corriendo, literal, y de vez en cuando disfrutar del aire chocando en tu mejilla...
Hacía mucho tiempo que no venía por aquí.
Sí, estaba cepillándome los dientes, desenredando mi pelo, lavándome los pies. A veces respiraba. Por eso he podido volver. Porque a veces respiraba. En ese momento un chorro de vida lleno de saliva extraña recorría mi cuerpo y ahí, en ese punto, cuando te das cuenta de que estás llena de jugos ajenos, en ese punto como digo tenía la certeza de que tarde o temprano volvería.



Pos pandemia. Corazón postraumatizado.

      Hoy, ahora, hace un momento, me dio por hacer limpieza del bolso. Mi bolso es una especie de contenedor de vida, también de objetos pu...