sábado, 30 de marzo de 2019

Actores felices interpretan Las criadas de Genet. Todos los sábados de abril. Os esperamos con ilusión.

 Tal vez sea porque el alma estaba sintiendo chispas en los ojos, porque a pesar de los obstáculos del camino, recuerdos tristes y estreses varios, en el fondo estábamos a punto de salir a escena y eso era una suerte, la suerte de poder hacer eso que nos gusta, de volver a sentir que la actriz va a volver a crear. Y anoche fue una mágica actuación, volvimos a ver a las musas, ellas nos guiaban. Sentir en nuestra piel esa mirada de tu partenaire que te mira de verdad, que te impone de verdad, que te lleva a la desesperación de una mujer cuyos caminos se ven cortados de golpe, sin más sentido que la locura esnifada a través de gotas de sudor y de esos mocos que humedecen la mirada. Esa foto frente al espejo del minúsculo camerino en el que las actrices se visten sus enaguas, sus medias, sus blusas pasadas de moda y sus mandiles blancos, esa foto es mágica. Sin importar el dolor de pierna, ni la tristeza por la reciente pérdida, ni el mal cuerpo con el que llegó hasta el Corral de Lope. Allí, frente a ese espejo el maravilloso actor se va transformando, en cada gota de maquillaje se va convirtiendo en esa señora impactante, pinta sus ojos y sus labios, y transforma el gesto dulce de su persona en esa señora que eriza la piel del espectador. Qué fortuna poder hacer una foto así, una foto que inmortaliza la ilusión, el buen rollo, las historias que cada uno lleva en su haber, los caminos recorridos,... Yo os digo amigos que no dejéis de creer porque la riqueza es esa mirada, es la capacidad de soñar y no rendirse nunca. El impulso de captar el instante y que de nuestro interior brotara nuestra mejor sonrisa. Nos queda un mes de sábados creativos, espero que el público se anime y nos venga a ver porque la entrega seguirá siendo absoluta. 

Isolina Cerdá Casado 

miércoles, 27 de marzo de 2019

27 de marzo día mundial del teatro: Teatro, puro teatro

 


    El teatro es arte, es creación, es una pulsión capaz de modificar miradas, de agrandarlas, de enfocar, mostrar y cambiar esta realidad vital que nos envuelve. El teatro necesita ser reconocido, no solo por las personas que lo han descubierto en plena creación escénica, no solo por las personas que van al teatro y descubren su inmediatez y son arrastradas hasta una historia que les acaricia el alma o se la zarandea; el teatro necesita ser reconocido y apoyado por las instituciones, por ese ente de lo público cuyos hilos son manejados por corrientes políticas diversas.
Es muy triste que la situación de muchos actores y actrices sea de desamparo porque no hay caminos por los que transitar de la mano de este arte tan necesario, hay relieves bruscos, hay picos, hay baches que te absorben la ilusión y frenan el impulso. No quiero ser injusta, hay actores y actrices que solo viven de su arte, los que tuvieron suerte en el camino, los que tuvieron especial apoyo, de algún conocido, amigo que facilitó las cosas, que ayudó a entrar en el grupo de los afortunados. De repente alguien te pregunta a qué te dedicas, tú le das vueltas, yo quisiera decir que soy actriz, que vivo de ello, pero no, mi respuesta es "bueno, hago teatro, pero no puedo ser autónoma". Tal vez no lo he enfocado bien, seguramente, hay actrices que lo han enfocado mejor, pocas. Lo mismo no es culpa de las administraciones, ni de la sociedad, tal vez soy yo, que no sé cómo hacerlo.
Más allá de ese poder vivir bien o mal con el teatro, más allá del tema económico, está la cuestión espiritual. Ahí, sí, no puedo negarlo, soy afortunada por ser actriz de teatro. Soy afortunada por sentir lo que siento cuando estoy en un escenario y me transformo, cuando escucho al público respirar con emoción, cuando vivo en la piel del personaje que represento por unos minutos y me traslado a otra época, a otra vida. Soy afortunada porque vivo de cerca la magia de la creación escénica, en la que no solo están los actores y actrices, hay dramaturgos y dramaturgas, hay directores y directoras, hay escenógrafos, hay técnicos, hay regidoras,...etc. El teatro es un conjunto de artes que toman forma en escena y que solo tiene sentido cuando unas personas, querido público, se dejan llevar por el impulso y asisten al teatro, a pesar de lo caro que es. Si estuviera financiado podríamos ayudarlo como se merece.
No quiero ser injusta, yo soy afortunada, el próximo viernes volveremos a representar "Las criadas" de Genet, rezando para que haya público suficiente, trabajando para que nuestro director vuelva a ver a dios y que el público salga con emociones diversas pero sin dudar de que el trabajo de los actores se hizo de forma impecable.
Hace unos días una vecina, una señora de unos setenta años, que había superado un cáncer justo el verano anterior, me saludó efusivamente, es muy agradable con todo el mundo la verdad, la cuestión es que me dijo que estaba en un grupo de teatro, tras preguntarme por mi situación actual respecto al teatro y contarle lo de la última obra de Tepahi que impulsaron cuatro tepahinianos y seguimos con euforia todos los demás, y decirle que estaba en Madrid con una obra muy interesante, me contó su experiencia. Me enseñó una escena que hacía junto a un señor de ochenta años majísimo. Su cara al contarme lo que hacía, sus ojos, esa energía vital maravillosa... fueron los que nuevamente confirmaron esa certeza que tenemos todos los que estamos y estaremos ligados por siempre al teatro: el Teatro es necesario y necesita ser cuidado con cariño, tanto como él cuida el alma humana.

Isolina Cerdá Casado

lunes, 11 de marzo de 2019

Las criadas lavan sus prendas. Las criadas de Genet también lo hacían. Lo hacen, en El corral de Lope.

Blanca es la pureza, con ella llegué hasta Clara. Hacía tiempo que me había aproximado al texto pero al personaje estoy llegando ahora, la mujer oprimida cuya vida transcurre bajo la sombra de la señora. He rascado, con delicadeza, he querido quitar las manchas...pero el blanco no predomina en las manos ensangrentadas por las cadenas con las que nació ella...Ellas...


Negros son los sueños, enturbian el agua clara, en ella se sumergen los gritos desesperados porque necesitan salir por los poros de su piel, el juego es una soga gratuita tejida con lágrimas de impotencia.


Rojo de sangre y sed, rojo de pasión frustrada, de gemidos imaginados que ensordecen un horizonte infinito que jamás alcanzará...


Con la misma delicadeza con la que lavo las prendas de Clara y de la Señora, así es como me acerco al personaje, bien guiada y bien acompañada en el escenario. Y cada día de representación es un enriquecimiento para mí, como actriz que trata de evolucionar y seguir aproximándose al personaje de Clara. Cada día de representación el público nos hace crecer, nos ayuda a seguir avanzando.

viernes, 8 de marzo de 2019

8M


Hoy es el día de la mujer, es el día de reivindicar muchos de los derechos que aún están lejos de alcanzarse. No se trata solo de la brecha laboral, ni tampoco de la equidad en las tareas del hogar, no es solo eso, es ese conjunto de micromachismos que no solo vienen de los hombres, porque nosotras mismas los tenemos metidos en nuestra mente, de esa forma sutil que no es fácilmente controlable por las personas que formamos la sociedad. Es necesario este día porque muchas mujeres verán por el televisor, o en la calle, a esa marea de mujeres con su camiseta morada o simplemente con su fuerza, también verán a algunos hombres, y quizá puedan llegar a sentir que no están solas, que somos muchas las mujeres que tenemos esa carga extra, las que tenemos que elegir entre trabajo o atender a los hijos, las que tenemos que elegir entre desarrollo familiar o desarrollo personal. Porque no es fácil, no es fácil estar en un mundo donde la responsabilidad de la crianza de los hijos está en los hombros de ellas, aunque ellos, muchos de ellos apoyen, aunque ellos, muchos de ellos, sean conscientes. Hay muchas situaciones en las que el hombre también asume, en las que es equitativo, en las que el peso se comparte. Pero no hablo de eso ahora, ahora hablo de esas desigualdades que se dan por una cuestión de sexo, por ser mujer. Cada vez más las mujeres se integran en el mercado laboral, pero no dejan de hacer las tareas del hogar, no dejan de ser cuestionadas si el marido no lleva bien planchada la camisa, qué horror, odio planchar, yo no plancho, o si los niños van bien vestidos, o si la casa está limpia. Sabemos que hay mil situaciones, sabemos que hay colectivos que también sufren por ser diferentes, formas integradas de un lenguaje despectivo. Lo sé, pero no estoy hablando de eso. Hoy otra mujer ha sido asesinada por su marido, en Madrid. Seguirá habiendo hombres que digan que a ellos también los matan, que matan a niños y a mucha gente... Ya, pero yo no hablo de los asesinatos en general, hablo de la violencia machista, hablo de ese derecho patriarcal que algunos hombres creen tener, que pueden matar a una mujer porque es una pertenencia, que se las puede violentar, degradar, insultar, menospreciar... Es importante que al menos un día un gran grupo social, la mitad, grite que no se va a rendir, que va a seguir luchando, como lo hicieron las mujeres valientes que no hace tantos años consiguieron derechos que ahora mismo nadie cuestiona, como es el derecho al voto, como es el derecho a ser titular de una cuenta bancaria, o a estudiar en la universidad. Es algo tan obvio. Pues no hace tanto de esto, apenas un soplido en la historia. ¡Gracias mujeres valientes de nuestra historia! No es algo que tenga que ver con la política. Nada. Es algo que tiene que ver con las mujeres. Antes por el hecho de ser mujer no se tenía derecho a estudiar, se daba prioridad al hombre. No hace tanto de esto. Hay que cuidar siempre a la mujer, eso dicen los que cuestionan los días como hoy, sí, ojalá no fuera necesario que existieran, ni el día del Orgullo Gay, claro, pero son necesarios porque detrás de estos días hay mucho dolor invisible, dolor que se causa por pertenecer a ese grupo que sufre la discriminación. Palabras hirientes, palabras que queman el alma. Hoy es el día de hacer visible la situación de desventaja, de esa cena que hará ella, de esa comida, de ese trabajo invisible, de esa violencia verbal y física, de esos trabajos insultantes. El cambio está por construir, pero estamos en esa lucha, y no estamos solas, somos muchas y muchos, más muchas que muchos, pero estamos por la igualdad.

Isolina Cerdá Casado

Pos pandemia. Corazón postraumatizado.

      Hoy, ahora, hace un momento, me dio por hacer limpieza del bolso. Mi bolso es una especie de contenedor de vida, también de objetos pu...