miércoles, 17 de diciembre de 2014

Me lo pidió un amigo: Una niña con mucha luz.

    Un amigo me llamó, y me dijo: "quiero pedirte algo". Quería que le escribiera un texto, era para su sobrina. Quería hacer algo especial, él es una persona muy creativa y baila con la cámara, pero necesitaba palabras. Me contó un poco por encima, la niña era hija de un primo, no tenía abuelas, ambas se habían ido antes de que ella llegara. Una murió tras una larga enfermedad, la otra fue sorprendida con un infarto fulminante, cuando su hija estaba fuera de España. Hoy he tenido el momento de inspiración, y con su permiso, porque la inspiración ha venido de su historia, aquí os la dejo, inmortalizada.

                           Una niña con mucha luz

    Había una vez una niña linda, era preciosa, nació con una luz especial. Todo el mundo, al verla, se preguntaba cómo era posible, siendo tan pequeña, que brillase tanto su mirada. Parecía como si allá en el fondo de sus lindos ojos nadaran preciosos sentimientos.
    Al mirarla uno creía adentrarse en un mundo de sueños donde todo era posible.
    Sus padres habían estado preparando este momento mágico de su llegada con el peso de las ausencias, por la falta de esas mujeres maravillosas que se hubieran sentido fascinadas al ver a esta princesita linda.
    
    En un cuento maravilloso como podría ser éste, estas dulces mujeres todavía estarían aquí, arropando, mimando, meciendo a su niña, emocionándose al verla, tanto como lo hacen sus padres, al sentir con dolor que el mayor regalo de su vida no puede ser compartido con sus respectivas mamas. 

    Lo que no saben ellos es que la vida siempre supera cualquier historia de ficción. Y el cuento se hace realidad cada día porque en su niña están ellas. Son unas hadas madrinas especiales que tiene y tendrá siempre a su lado, protegiéndola, velándola en todo momento.

    Y esa es la explicación maravillosa de que un ser tan pequeño pueda tener tanta luz y energía, está irradiada directamente desde el cielo y va con ella a donde quiera que ella vaya.

    Los abuelos la cogerán de la mano, la llevarán al parque y reirán sus gracias, y sus abuelas irán iluminando cada recodo del camino.

Isolina Cerdá Casado
    

martes, 16 de diciembre de 2014

Actitudes extrañas

    "Vamos a ver, que si tienes un sueño, pues ya está, a por él, ¿qué se pierde? Nada, el intento, el tiempo emocionante de espera, intriga, suspense. El sí o el no, nada importan en realidad. Lo que importa es dar el paso y poner la carne en el asador, toda, no dejarse nada. Yo me entrego a ti, cien por cien, estoy contigo, volando. Y puedo sentir el aire, y hasta disfrutar de él."
    - Pero, querida, ¿estás bien? ¿debería preocuparme?
    - No, no deberías preocuparte, deberías vivir. Es justo lo que estoy haciendo ahora.
    

¿Qué haces con ese abrigo? 
Ando creando...

Isolina Cerdá Casado

Pos pandemia. Corazón postraumatizado.

      Hoy, ahora, hace un momento, me dio por hacer limpieza del bolso. Mi bolso es una especie de contenedor de vida, también de objetos pu...