miércoles, 14 de septiembre de 2016

Una imagen inspiradora y positiva.


Hace unos días subía esta foto, emocionada al ver cómo, después de casi diez años, esta plantita me sorprendía con el regalo sublime de la belleza de sus flores. Durante todo el tiempo que ha estado en casa no había producido ninguna flor. Escribía sobre el recuerdo que tenía, cuando era niña e íbamos a visitar a familiares o amigos en Ourense, esta planta era muy común por aquellos hogares en los que caminaba de la mano de mi madre. En las siguientes fotos se recoge la evolución de las mismas. Las traigo hasta aquí porque me emociona el hecho de que haya gente que lea mis textos, lo hago porque llevaba tiempo sin volver aquí, a este blog lleno de pensamientos intimísimos del alma. Pero también lo hago porque ver esta belleza me llena de optimismo, refuerza mi camino, y he vuelto a sentir el impulso de compartirlo, de gritarlo, al final la vida te puede sorprender, lo mismo que esta planta. Fíjate que está en el baño, cosa curiosa, entre vapores y aromas diversos, ante un espejo que recoge intimidades inconfesables, de transformaciones increíbles, de imágenes de ultratumba.
  Cuando era niña mi abuela María decía que si te mirabas al espejo durante la noche podían aparecérsete fantasmas e incluso ver la imagen de ti misma cuando mueras. Se lo atribuyo a ella pero lo cierto es que murió siendo yo muy niña, pero entre esos caprichos que tiene nuestra memoria a la hora de seleccionar recuerdos y ordenarlos en su cajón, mi memoria lo colocó en el del tiempo vivido en aquella cueva con esa mujer de pelo blanco y caminar pausado. 
    Pues eso, este es mi regalo, os lo ofrezco como imagen positiva, vital y esperanzadora.
   Vivamos la vida con optimismo siempre que se pueda, caminad siempre que podáis, emprended, luchad...

Isolina Cerdá Casado





Pos pandemia. Corazón postraumatizado.

      Hoy, ahora, hace un momento, me dio por hacer limpieza del bolso. Mi bolso es una especie de contenedor de vida, también de objetos pu...