
Ya lo sé, no me lo digas, es evidente que he estado en otras cosas, lugares, ideas, carreras,...
Vivía. Esto también lo es. Vivir. Mirando a través de las paredes, a través de los montones de ropa recién lavada, a través del horno de la cocina, a través del odio, del estado equivocado del alma, a través de palabras hirientes, que queman, que hacen daño, que sofocan el alma y la rocían de aceite hirviendo. He estado, estoy...
Que no haya escrito puede significar mucho y nada, vivir, corriendo, literal, y de vez en cuando disfrutar del aire chocando en tu mejilla...
Hacía mucho tiempo que no venía por aquí.
Sí, estaba cepillándome los dientes, desenredando mi pelo, lavándome los pies. A veces respiraba. Por eso he podido volver. Porque a veces respiraba. En ese momento un chorro de vida lleno de saliva extraña recorría mi cuerpo y ahí, en ese punto, cuando te das cuenta de que estás llena de jugos ajenos, en ese punto como digo tenía la certeza de que tarde o temprano volvería.
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