Por más que guste el canto de un pájaro, a mí no sé qué me da verlo así, saltando de un lado al otro de su jaula, supongo que no debería poner mis pensamientos a un pájaro ni tratar de empatizarme con él, tal vez su canto no es una petición de auxilio sino una expresión de una maravillosa creación de la naturaleza.
En cualquier caso me gusta mucho más escuchar el canto de un pájaro en libertad, en medio de la naturaleza, bajo los sombrajes de las ramas de los árboles, volando libres. Sí, pero yo no vivo en medio de la naturaleza, mi casa es de ladrillos, vivo en un cuarto con ascensor, cojo el coche para ir a comprar, mi cuerpo se anquilosa, la naturaleza la veo por la televisión. ¿A caso no estoy más encerrada yo que este pajarito precioso?
Isolina Cerdá Casado
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