jueves, 24 de noviembre de 2016

Lina, ay, mi querida Lina.


El domingo 20 de noviembre de 2016, es decir, antes de ayer, hubieras cumplido setenta años. La sola idea de imaginarte con esa edad me emociona. En ocasiones pensar en eso, pensarte caminando, respirando, mirando con esa mirada tuya tan especial el mundo que nos rodea me causa cierto bienestar, como una caricia, una caricia que me llega desde la memoria emocional. Estás en mí, en ellos, en la gente que siempre te quiso, que vivió contigo tantas cosas. Sí, estás. Estáis todos. Pero aun a pesar de eso, aun a pesar de que sigues aquí de alguna manera, no puedo ignorar ese vacío, esa necesidad física de tu abrazo, abrazo cálido, carnoso. Se lo dije a tus nietos ayer. "Ayer la abuela Lina hubiera cumplido setenta años". Ellos me preguntaron porqué no les había dicho nada. No sé, quería haberte escrito algo, escribo mucho, pero no sabía por dónde empezar, me faltaba el impulso, estaba como ensimismada, me sentía con falta de energía, toda esa energía que a ti te sobraba, ya ves. 
Supongo que no siempre es posible describir una sensación, estaba entre la soledad y el vacío pero con tantos matices que no podría aproximarme realmente con la palabra escrita al dolor concreto. Sí era dolor, ahora lo veo. 

Isolina Cerdá Casado

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