miércoles, 6 de enero de 2016

Ya ha pasado, casi sí, día de reyes culminando las horas, sorbiéndolas, rebozándonos en esos segundos, minutos, horas.

    Te bebiste una copa de vino con la idea de llegar a casa y ponerte a escribir, en lugar de eso decidiste vivir, o eso o que sencillamente no estabas inspirada en ese momento, eso suele pasarle a las escritoras impulsivas como tú, las que no tienen oficio sino necesidad, las que no escriben con la cabeza sino con las vísceras.
    Y mientras alguien buscaba en el teletexto los números premiados de la lotería yo leía que Corea del norte había alardeado de haber lanzado la primera bomba de hidrógeno. "Un momento, ¿ponía algo de la bomba atómica de hidrógeno?" Del roscón sin relleno apenas quedaban unas migas, del de nata medio y de los churros y porras que había comprado la abuela con todo el detalle de abuela cariñosa ya no quedaba ni el rastro de aceite. Los niños jugueteaban por la casa, alguien tenía vértigos, el montaje de algunos juguetes entretenían a algunos tíos, otros querían saberse afortunados buscando el resultado del sorteo y yo veía esa frase en el teletexto. "No puede ser, ¿lo habéis visto?" Hacía años que no veía el teletexto en la televisión, y me parecía una noticia extraña, fuera de lugar. Sentí miedo, un miedo parecido al que me produjeron los atentados de París y los de otros lugares, esos que pueden afectarnos a todos. Ya sé que todo puede pasarnos a todos, es lo que tiene este mundo global, también se globalizan los riesgos.
    Los niños estaban felices, jugaban tranquilos, nuestros niños. Recordaba las imágenes, del mundo global instantáneo, el de los cuerpos flotando por las pateras hundidas. En otro tiempo esos cuerpos pertenecían a personas que se sentaban frente al televisor a ver las noticias, desayunaban, los niños que ahora tienen frío entonces reían, jugaban también entretenidos con cualquier cosa, los niños no necesitan grandes juguetes para entretenerse, tienen una imaginación privilegiada y limpia. 
    Creo que sigo sin inspiración, eso o que no tengo necesidad, o ambas cosas. 

Isolina Cerdá Casado
    

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