miércoles, 9 de diciembre de 2015

Criada no, asistenta.

¿Es posible rebelarse ante las miles de cosas que hay que hacer para sentir como que vivimos bien y que todo es maravilloso? Nunca fui tan consciente como ahora. Todo lo que uno disfruta cada día es fruto de un trabajo que alguien hizo para que así fuera, mejor o peor pagado, más o menos reconocido, pero nada es gratuito, todo disfrute material lleva asociado un trabajo manual y humano que le da valor.


Si voy vestida de esta manera, ya sé que con muy poco gusto y abusando de vaqueros y camisetas grises, es porque alguien se molestó en meter en la lavadora un cúmulo de ropa y tenderla después, o meterla en la secadora y doblarla rápidamente para evitar el pasar por la plancha aunque no siempre es posible. Si hubo vino, la copa limpia pasó por una mano, si hubo zumo de naranja alguien las partió y las exprimió y las sirvió. Si una trucha te guiñó un ojo con la boca abierta y rellena de jamón fue porque alguien se molestó en ir a la pescadería y comprarla, limpiarla, rellenarla, aderezarla y acompañarla en una fuente con sus patatas, cebolla, ajo y tomate, y con su aceitito y su pimentón y su chorrito de vino blanco.

    Si hubo un horno sucio es porque antes estuvo limpio y se manchó de tanto usarlo. Esa mano invisible bailó con desengrasante y lo dejó niquelado. Los espaguetis llegaron tras ser cocidos, y mezclados con salsa de tomate frito con cebolla, toque de orégano y laurel para su cocción.

El café vino después, vino porque alguien lo puso, se lo bebió sin limpiar la cafetera, y disfrutó de una comida deliciosa sobre una mesa que previamente alguien puso, con sus vasitos, sus servilletas, cubiertos, bebidas, pan y demás útiles necesarios para el correcto funcionamiento de las extremidades de un cuerpo hambriento.

    Y yo me pregunto: ¿Sería posible pagar a alguien para que hiciera todo ese trabajo que está pero que no se ve? ¿Sería posible valorar en dinero todo ese esfuerzo que generalmente asume una persona que no "trabaja" propiamente? ¿No es a caso el trabajo en el hogar el más desagradecido de todos? ¿No es triste que una persona, normalmente mujer, se tenga que sentir dependiente cuando el trabajo que realiza es tan válido como el de la persona que sale a trabajar fuera de casa y se le remunera? Ya sé que a mí no se me da bien lo del trabajo en casa, ya sé que no soy ejemplo, ya sé que ayer cocinó él, todo lo cocinable, ya sé que yo disfruto pudiendo escribir, y me desahogo expresando esa angustia que siento en ocasiones. Pero seguimos en desventaja, la mayoría de las veces somos nosotras, y me da rabia, me da pena, bueno, solo un poco, no sé, en realidad el café lo tomo yo, y dando gracias de que mi pareja tenga su trabajo, pero estoy como rabiosa, no, no es rabia, es... Me acuerdo de lo que decía una persona muy buena, ella no quería tener hijas porque sabía que la vida iba a ser mucho más difícil siendo mujer. Es duro también tener que mostrar una fortaleza, es duro luchar contra los parámetros que indican lo que se supone que debe ser lo correcto, no solo lo tenemos difícil nosotras, ellos también, pero también para los que no encajan ni siquiera en esta caja tan previsiblemente limitadora, aquel que se libera por un lado pero tiene los hilos constreñidores dificultando el caminar cotidiano, las miradas, las risas, las agresiones.

    Ojalá seas libre, ojalá te sientas libre, ojalá sonrías con ganas y sepas valorar esa risa.

   
Isolina Cerdá Casado

PD

Bueno, y ahora me voy a fregar que ya es hora, se me van a juntar los platos de la cena con los de la comida. Cualquier día los tiro por la ventana. ¡Calla, que estás tonta!

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