El sol estaba yéndose, la oscuridad empezaba a cubrirlo todo.
Y es que desde el odio no se consigue nada, desde la actitud negativa de partida, cuando se pierde el respeto, incluso defendiendo una causa justa, entonces todo lo que sale de ti está podrido. En ocasiones se escribe sin ser consciente de quién va a leerte, qué ojos van a recorrer el texto que en un momento de impulso rebelde has vomitado sobre una hoja en blanco, y resulta que esas palabras herían a quien tú no sabías que lo hacía, tal vez dijiste algo sobre ser madre y alguien que no lo es se sintió menospreciada, o sobre la suerte de tener una madre pendiente de tus pasos y revivió el dolor de alguien que la perdió de forma brusca y absolutamente injusta...Bueno, hablar de madres, de hijos, de padres, de esto o de aquello, es igual, supongo que el caso es hacerlo desde el respeto, respeto, respeto.
Cuando vi la película de Amenábar, "Mientras dure la guerra", sentí pavor, como una especie de piel erizada, porque no hace tanto tiempo, supongo que se trata de ver objetivamente un hecho, sin teñirlo de una ideología, sin excusarse en ella. Si un hombre mata a otro está mal, sea de izquierdas, sea de derechas, sea del norte o sea del sur, da igual. Si una mujer roba a otra está mal, sea de izquierdas, sea de derechas, sea del norte o sea del sur, da igual. Si una persona insulta y/o agrede a otra por ser diferente a ella misma, por ser negra, blanca, gay, lesbiana, rica, pobre, está mal, sea de izquierdas, sea de derechas, sea del norte o sea del sur, da igual.
Hay gente mala, la hay, en todas las corrientes ideológicas. Pero también hay gente buena, sí, como gente mal informada, gente ignorante, gente que se deja llevar por una palabra, por una frase, por un gesto, da igual, en todas las corrientes ideológicas. La cuestión es que somos personas y no deberíamos perdernos el respeto ante un gesto tan democrático como el poder elegir quién nos representa.
Cuando escucho hablar de los políticos que de alguna manera llegan al poder, o lo pretenden alcanzar, o están acercándose al mismo, siempre recuerdo las palabras que decía mi profesor de Sociología de la Cultura, el gran Cecilio Nieto, hace ya unos cuantos años: "Queridos y queridas, nunca lo olvidéis, poder se escribe con J". No lo he olvidado.
Isolina Cerdá Casado
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