domingo, 29 de septiembre de 2019

Celadores del hospital La Paz

 


  Empiezo este texto en un día triste, bueno, es una tristeza relativa llena de contrastes, porque ahora que ya sé lo que es ser un celador se me acabó el período de trabajo en esta profesión que hasta este verano era desconocida para mí. Pero me llevo tanto, así que voy a ser positiva, porque este trabajo ha supuesto para mí muchas cosas, el descubrimiento de una profesión que me ha fascinado, el formar parte por unos meses de ese engranaje hospitalario tan importante en la sanidad madrileña.
    Contaré primero el miedo inicial, a pesar de las muchas ganas, La Paz es un hospital inmenso, y la responsabilidad ante la atención y el cuidado del paciente pesaban mucho. El cruce con esas miradas, de personas enfermas, molestas pero la mayoría de veces agradecidas. Nunca me había parado a pensarlo, ni si quiera a escribir sobre ello, pero a tan solo un día del final de este contrato de verano siento que ha sido un regalo de la vida el permitirme conocer de primera mano esta profesión con cuarenta y seis años en mi haber.
    Los primeros días me sentía tan emocionada que tuve que escribir sobre ello en el texto Celadores, https://soliescribe.blogspot.com/2019/07/celadores.html. "Yo soy el que te acompaña, te moviliza..." Una amiga celadora añadió a mi escrito otra parte, algo más cruda y real, ella me dijo: "No siempre sale bien, a veces los acompañamos en su final", hasta incluso trasladamos el cuerpo cuando el alma ya no está en él, cuando convertida en aire se despide con un beso silencioso de sus seres queridos que lloran su marcha sentados en una tranquila estancia del hospital. Era verdad, no todo es tan poético e idílico, lo humano en todas sus dimensiones.
    He disfrutado viendo cómo es el personal sanitario, la verdadera vocación de tantas personas dedicadas a la sanidad, gestos amables, de cariño, de atención, protocolos humanizados al máximo dentro de la gran afluencia de personas que hay en el servicio de las Urgencias.
    Compis que estaban al tanto, siempre: "¿Necesita una silla? ¿Se encuentra bien? Venga, que ya estamos terminando... " La mayoría del tiempo he estado en las urgencias y agradezco la generosidad de los compañeros, que nos han ayudado y apoyado en esos inicios de incertidumbre e inseguridades ante lo desconocido. Gracias a las encargadas que nos orientaron tan bien y nos apoyaron siempre, gracias a todos los celadores veteranos, por su humanidad y por ser así, tan buena gente, creando un ambiente de trabajo excepcional por el compañerismo. También agradecer al resto de personal sanitario, por su altura profesional y humana, como potencial paciente me siento muy tranquila ya que la balanza se inclina del lado de lo humano, de la calidad humana. Espero volver, ojalá que sí, pero si no vuelvo me llevo conmigo todo lo vivido, un regalo para el alma. Gracias Celadores. ¡Os quiero compis!

Isolina Cerdá Casado

4 comentarios:

  1. Gracias, compañera!!!
    Espero verte pronto.

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  2. Preciosa carta y emocionante, es un trabajo que te engancha y te llena de satisfacción haciéndote sentir cada día mejor y dando todo lo mejor de uno mismo

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  3. Tú eres un encanto de mujer,hacen falta más personas como tú.
    Suerte y ojalá vuelvas pronto.

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  4. Qué palabras tan bonitas Isolina , muchas gracias, he trabajado poco contigo pero ha sido un placer tener una trabajadora y persona fantástica.
    Muchas gracias y seguro qué vuelves pronto ya verás.
    Soy Marga

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