Hay momentos en los que parece que la vida es una cuesta arriba continua e interminable, no sé por qué, pero ocurre. Y no es interminable, puede que arriba haya unos cuantos amigos esperándote para tomar una caña. Pero si lo piensas no es algo inevitable, lo de la cuesta arriba me refiero, bastaría con darse la vuelta y en lugar de subir, bajamos. O girar, noventa grados, a la derecha, cruzar la calle, sentarte, respirar. La opción más interesante sería coger un patín, y lanzarse nuevamente hacia abajo, tal vez de esa manera podríamos apreciar los detalles del camino que pasamos por alto por correr tan deprisa. A lo mejor son los zapatos: cámbialos, tal vez con un poquito de tacón irías más segura; a lo mejor es por la sensación de frío: ponte un abrigo. No lo sé, pero si te está costando tanto tendrás que cambiar algo. Yo ya tengo el patín.
Isolina Cerdá Casado
No hay comentarios:
Publicar un comentario