lunes, 13 de abril de 2015

Una paleta extraterrestre.

    Hola, no me detengo en presentaciones, no tengo mucho tiempo, apenas unos minutos. Por favor, cuidado, estás al borde, no te das cuenta, no eres consciente, no lo sabes, lo estás ignorando pero estás a punto de caer. Eso que sientes, esa especie de pulsación ahí, justo donde te tocas cuando algo te duele y no sabes su origen, en ese plexo solar gigantesco que tienes en medio del pecho, eso es algo extraordinario. Estás en peligro por ello. Mis congéneres se han dado cuenta de que posees un gran poder,
y lo quieren, van a venir a por él, a por tu plexo. Estoy esperándolos, te crees que soy una paleta de cocina, anda que no has frito huevos conmigo, pero soy un extraterrestre camuflado, estoy esperando a que vengan a recogerme, pero no solo me van a llevar a mí, quieren llevarse todos los plexos que puedan empezando por el tuyo. Creen que con tu plexo también se llevaran la emoción. ¿Te puedes creer que se piensan que emocionarse es algo extraordinario? Yo les he explicado, con restos de aceite incluso, por mal lavada que me tienes, que no siempre es bonito, que llorar es duro, porque duele, pero nosotros, los extraterrestres, no tenemos esa suerte, porque somos increíblemente racionales, listos hasta la médula, consideraron que convirtiéndome en paleta podría estar interaccionando contigo, te han escogido como ser extraordinario que eres, algo así como un prototipo. Alucinan con tus discusiones absurdas, y los caminos intermedios que siempre ves, tus gritos, tus extraordinarias disertaciones con tus hijos y con tu marido, como si fueras una de nuestra especie pero con el plexo mágico ahí, en el pecho, donde te tocas cuando duele. Así que, con el poco tiempo que me queda y como, todo hay que decirlo, me has caído bien, porque eres especial, te tengo que advertir, métete en la bañera, ponte el gorro de baño de natación de tu hijo, y las gafas de bucear, llévate una pajita para respirar bajo del agua sin ahogarte, ya sé que si no te mueres, y en cuanto dejes de oír el ruido de los motores de la nave, porque vienen en una nave roja que suena un poco, así como un secador de pelo, ese negro que tienes, bueno, pues que dentro de nada llegan, llénala ya, y métete, y espera a dejar de sentir los motores. Lo único que quiero es que te dejen tranquila con tu plexo solar, porque sencillamente me has caído bien, les diré que no estás, que nos larguemos a otra casa, si es que quieren más plexos solares, yo con lo que he visto me sobra y me basta, no quiero que se me vaya la olla como a ti, que yo no digo nada, que te respeto, pero nosotros somos más complejos y sencillos a la vez. Tengo que hacerles cambiar de idea como sea, ya los oigo, vete, vete ya.

  - Pero, ¿dónde narices he puesto la paleta? No me jodas, en la maceta, esto es lo que me faltaba. ¡Nene! ¿Para qué has puesto la paleta con el geranio? ¿Te has creído que es un juguete? Peor, ¿te has pensado que era una planta? ¿O es que estabas haciendo un happening? ¿Era eso? Qué orgullosa me siento, ¡Has salido a tu madre!

Isolina Cerdá Casado

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Semanal 1: Clic

Vamos, empieza ya, escribe, sobre lo que sea, oblígate, siéntate y dedica un tiempo a la escritura. Sabes que hubo un tiempo en el que la es...