Estoy sufriendo insomnio, por el café de las siete de la tarde al que no quise renunciar, soy muy fácil de tentar en lo referente a líquidos excitantes. Estaba ya en la cama, intentando dormir; son más de las dos de la madrugada, la casa está plagada de respiraciones relajadas de la gente que duerme: mi marido, mi padre, mis hijos, la ninfa. Y yo, también estaba en la cama con esa energía espabilada que me proporcionaba el insomnio incómodo, molesto, porque además de no dormir me venían a la cabeza pensamientos negativos, dolorosos, aterradores.
"Estás de vacaciones, estás de vacaciones..." Me repetía una y otra vez. Pero estaba en un momento de vulnerabilidad, expuesta a las garras del miedo, y me atrapaba, y me ahogaba con mi propio temor. Entonces pensé que a pesar de las horas podía encender la luz y cambiar el punto de vista de la mente, podría leer algo, pero cuando ese pensamiento horroroso me vino a la cabeza y me dio un tortazo con su negatividad decidí levantarme, coger un bolígrafo y escribir casi a tientas a los pies de la cama y de mi hija, con la que compartía la cama.
La imagen aterradora era la siguiente: Estaba sentada en la terraza del restaurante de unos amigos. Mis hijos jugaban tranquilos. Esa terraza da a la carretera general Orense-Carballino. Al otro lado de la carretera hay un espeso bosque de carvallos. Entonces, en un momento, observo como mi hija, fascinada por algo que ha descubierto en ese bosque se dirige hacia él, sin ver que en medio hay una peligrosa carretera por la que con frecuencia pasaban coches y camiones a gran velocidad, actualmente han hecho una autovía que ha desviado mucho tráfico. Entonces yo empiezo a gritar con toda la potencia que puede emitir mi garganta, pero la niña sigue caminando hacia la peligrosa carretera. Yo grito más fuerte, mis amigos y mi marido también gritan. Se dan cuenta de que yo corro tanto como puedo tratando de detenerla con mis brazos puesto que parece que la niña no es capaz de oír nada. Se acerca peligrosamente a la carretera, un camión de gran tonelaje se aproxima a toda velocidad y comienza a pitar con fuerza, pero ese maldito bosque la llama, le grita más fuerte, la atrae hacia sí consciente del peligro. No hay marcha atrás, mi hija ha pisado el borde de la carretera, el camión se acerca con velocidad a pesar de que los frenos están actuando. Y entonces lo veo. Van a ser testigos de la mayor de mis desgracias. Mi hija va a morir y yo voy a ver su muerte, y mis amigos además de ver esa imagen terrible, van a ver cómo se destroza mi vida en un instante, y varias vidas, y todo dejará de tener sentido.
Pero, en mi conciencia despierta, en el insomnio iluminado con la luz tenue de la lamparilla, yo soy capaz de ver otro final.
Ese camión de gran tonelaje, justo antes de ver a la niña, tuvo un reventón de ruedas, eso hizo que una cadena de acontecimientos ocurrieran: un tubo gigante se desprendió y fue rodando a caer al parque en el que estaban jugando mis hijos minutos antes, pero gracias a que ella había comenzado a caminar hacia la luz, mi hijo subió a la terraza pidiendo ir al baño, y ambos se salvaron de verse aplastados por un tubo de gran tonelaje.
No, claro que no ha pasado nada de eso, en realidad todo ha sido un miedo desarrollado en la penumbra de la noche, ese miedo que descartas estando bien pero que en pleno insomnio agobiante es capaz de acecharte y terminar con tu tranquilidad.
Aún así, nunca puedes tener la certeza de que un niño no va a hacer algo o de que va a actuar de una manera concreta. Siempre hay que estar prevenido por si el bosque le llama o una rueda revienta.
martes, 6 de agosto de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Semanal 1: Clic
Vamos, empieza ya, escribe, sobre lo que sea, oblígate, siéntate y dedica un tiempo a la escritura. Sabes que hubo un tiempo en el que la es...

-
Todo comenzó aquel día, una tarde cualquiera, me metí en un baño de un gran centro comercial, mi hija esperaba fuera frente al espejo arregl...
-
Abra-zos, abra-zame, abra- la puerta y permítase soñar, abra- la mente, abra- su casa y siéntase feliz en ella. Vístase, compleméntese, reg...
No hay comentarios:
Publicar un comentario