Todo comenzó en el día de ayer, catorce de junio de 2016, lo de la fecha es anecdótico en realidad, acabábamos de comprar unas cosillas en el Carrefour que tenemos al lado de casa. Íbamos mi marido y yo solos, los niños estaban con sus respectivos amigos pasando una tarde de juegos. Con las bolsas llenas de botellas y demás necesidades varias, mi marido me sugirió que nos podíamos tomar algo en una terraza, apenas quedaban cuarenta y cinco minutos para ir a buscar a los peques, y el bar estaba situado al lado de donde les teníamos que recoger. "Vale, así hablamos un poquito y nos despejamos".
Casualmente era el bar de Cristóbal, el bar donde habían ido a tomar algo cada vez que regresaban de ver los partidos del Lega. Agus andaba con el móvil -"Van a sacar la nueva camiseta del Lega, la de Julián Ronda la voy a guardar ya"- me decía con cierta emoción. Entonces se me ocurrió que debía escribir esta historia. No solo por la ilusión de Agus, y la de todos los que fueron con él a ver al Lega, como mi cuñado Jesús, mis hijos, Toni, su vecino, los amigos también forofos del Lega, el propio Cristóbal que retransmitía en el gran televisor de su bar todos los partidos del Lega cuando jugaba fuera de casa. No, no era por ellos, sino por esa camiseta, por Julián, al que no llegué a conocer pero cuya fuerza y energía estuvo presente en cada uno de los partidos que el Leganés ha jugado este año.
No sé cómo fue, pero al principio de la temporada Agus decidió hacerse socio del Leganés junto con nuestro hijo, entonces hizo una promesa, voy a llevar la camiseta de Julián Ronda toda la temporada. Para mí no tenía ningún significado, de hecho pensaba que no tenía tanto valor para él, entonces me contó que cuando estuvo haciendo los cursos de entrenador coincidió con él en dichos cursos, y Julián Ronda le regaló la camiseta con la que había jugado en Segunda con el Leganés, "Ronda disputó con el Leganés un total de 197 encuentros llegando a ser capitán del equipo pepinero y uno de los jugadores más queridos por la afición del Leganés", esto tuvo lugar allá por los años noventa. Yo le decía que se iba a asar, con lo caluroso que era, encima le quedaba ajustadísima, y aunque le regalé una camiseta de la temporada 2015/2016 me la hizo devolver porque él iba a cumplir con su promesa. Pues bien, la primera vez que fue al campo con ella puesta ocurrió algo tristísimo. Agus no sabía por qué se homenajeaba a Julián Ronda, cuyo nombre llevaba casualmente a su espalda, al principio pensó que podía coincidir con algún momento importante del jugador en el Leganés, por lo que fuera, sin embargo ese homenaje era por algo muy duro que le había ocurrido al jugador, le había dado un infarto y cayó fulminado en un partido de veteranos del Real Mallorca.
"el homenaje de ayer, contra el Alba, tuvo un significado especial. En el minuto 19, el de su dorsal, la afición de Butarque aplaudió en memoria de Julián Ronda."
Agus sintió mucha tristeza, supongo que porque Julián era un hombre grande y de buen corazón, imagino que en su cabeza le daría mil vueltas a los momentos compartidos con él, a ese gesto de regalarle su camiseta, a su mirada, a sus choques de manos. No sé, instantes que permanecerían para siempre en su memoria.
La cuestión es que aquel hecho triste reforzó más todavía su idea, él llevaría a Julián Ronda consigo a todos los partidos del Leganés. Empezó llevando a nuestro hijo, nuestro cuñado Jesús, que andaba queriendo hacerse socio al saber que Agus se había hecho, se animó también, y a nuestra hija no le quedó más remedio porque yo me tuve que ir a trabajar algún sábado y domingo que otro, y una vez que empezó a ir se volvió una forofa, de modo que también la hizo socia.
Recuerdo perfectamente los primeros comentarios de ambos cuñados -"¿Te imaginas que subieran a primera? ¡Sería un bombazo!" Fantaseaban con esa idea desde el principio de la temporada. Todos iban con sus bufandas, llenos de ilusión.
Lloviera, hiciera frío, calor, daba igual, iban felices. Y Agus siempre enfundado en su camiseta de Julián Ronda. Luego también Toni y su vecino se hicieron socios, y ya eran una especie de cuadrilla, todos a animar al Lega. La niña de siete años no se perdía ni un partido, y era la que más animaba. A mí me enseñaban los vídeos, yo no soy de fútbol, lo pasé fatal cuando a mi hijo le dio por jugar al fútbol y mi marido era el entrenador del A.V.Zarza, no me gustaban determinadas actitudes. Pero esto era distinto, supongo.
La cuestión es que hoy por primera vez he visto el rostro de uno de los artífices de este sueño hecho realidad, he buscado su foto en internet, y la he colocado aquí como una prueba de que su memoria siempre permanecerá intacta, no solo en el corazón de su familia, de sus amigos, de su pueblo, de toda la gente que caminó a su lado. Él ha estado en cada uno de esos momentos de ilusión, en los que gritaban todos dando ánimo a un equipo, coreando los nombres de los jugadores, dando aliento a los que no se rindieron.
¿Quién te iba a decir a ti que ese gesto generoso que tuviste con Agus iba a ser tan admirado y respetado? Que iba a estar presente en una temporada clave, tu nombre, Julián Ronda, ahora te he puesto rostro, pero ¿sabes? no me ha sorprendido, en tu rostro se ve tu alma, buena, esa que no se ha ido y permanecerá para siempre entre nosotros.
Agus va a guardar tu camiseta como oro en paño, ya ves que has estado no solo en el estadio, sino también en la Plaza Mayor de Leganés, cuando un entrenador emocionado y unos jugadores ilusionados ofrecían su triunfo a un pueblo entregado.
Gracias Julián Ronda por haber sido un hombre grande, por dentro y por fuera. Y gracias a los jugadores, al entrenador y a los muchos aficionados del Leganés por todos sus logros.
Isolina Cerdá Casado
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