Martes, un objeto de inspiración: el impulso.
No sé por qué hablo de un objeto, en realidad lo estoy buscando, ando detrás de él, algunos rastros de él los encuentro por la casa, una fregona esperando ser movilizada, con su cubo lleno de agua limpia y jabonosa. Unas tazas usadas con restos de café con leche y colacao, cucharas, migas de pan, cuchillos de untar llenos de mantequilla y mermelada rosa. Ese objeto que me tiene que empujar está perdido en algún rincón de la conciencia o de la inconsciencia, perdida me encuentro, tanto como él. ¿Dónde te encuentras? Me he levantado, al hacerlo tuve que empujar la silla hacia atrás para no darme con el borde de la mesa, el pantalón vaquero se me había pegado a las nalgas, lo separé y miré hacia atrás, allí estaban los vasos en el fregadero, luego miré hacia la derecha, mi derecha, allí estaba la perra tirada en el suelo y espatarrada, durmiendo. En mi izquierda tenía la escoba y el recogedor, ah, y una ventana con un geranio con flores rosas.
¿Qué es lo que me pasa? Te pasa que no lo encuentras, ni si quiera hacer café lo soluciona, lo empiezas a tomar con la esperanza de hallarlo, pero ¿a caso no lo has encontrado ya con el simple hecho de hacerte ese café? ¿Acaso olvidas que has lavado la cafetera italiana, después de descongelar las lentejas al baño maría, limpiar una zona muy concreta de la cocina, y poner el agua y el café en sus espacios correspondientes, encender el fuego y esperar? Ay que ver qué pregunta más larga. ¿No necesitabas impulso para hacer todo eso? Lo utilizaste sin ser consciente de que estabas impulsada.
Tal vez tú estás buscando otro tipo de impulso, el impulso que te hace moverte con alegría, con entusiasmo, con la energía necesaria de la ilusión. ¿Querrá esto decir que estoy desilusionada? ¿triste? ¿deprimida sin saberlo? ¿aburrida quizá?
Ahora mismo no tengo ganas de hacer otra cosa diferente a la que estoy haciendo, escribir, mecánicamente, ¿mecánicamente? En realidad no es el hecho de escribir, tal vez escribiendo llegue al punto originario de mi ¿angustia? No estoy angustiada, no, no es angustia, es como una sensación de "tengo que hacer mil cosas pero no me impulso", de ahí la sensación de la carencia de impulso. ¿Estás bien hija? En realidad debo estar agradecida. La falta de ese algo, como de la energía ilusionada, se produce claramente por circunstancias que me rodean. Tengo poros sensibles, mi piel externa es igual que la piel del alma, poros abiertos que absorben todo lo que les llega.
Vale ya, te estoy viendo venir, te siento tan triste que no sé muy bien por qué lado del cuerpo lanzarte el pañuelo. Tal vez las lágrimas empiecen a caerte por los oídos, y en esos pendientes de oro se añada a la piedra preciosa una lágrima transparente que procede del interior de un cuerpo que se arrastra por falta del desternillante impulso.
Qué sucederá en el caso de que las lágrimas se te escapen por la nariz, pensarán que moqueas, mejor, así nadie se dará cuenta de que en realidad estoy llorando con disimulo. Déjate ya de tonterías. Sí, me dejo, me dejo ya, lo único que quería era canalizar esta falta de ..., de lo que sea, no importa. Del sin sentido, del "¿por qué cojones tenía que pasar ahora esto?", del "a la mierda, me da lo mismo"...
La gente se impulsa.
Las personas normales caminan.
Los que son como yo escriben, y menos mal.
Esa foto de las flores preciosas la tomé en Galicia, en un jardín precioso, rodeada de gente a la que adoro. Era un viaje de celebración, lleno de contrastes. ¿La vida es eso no? Cada persona es un mundo, hay personas a las que les duele reconocer sus propias batallas, o hablar sobre ellas. Soy tan transparente que es fácil ver el brillo de mi alma cuando se ilusiona, o cuando llora. Esto es algo que no entienden otras personas, no entienden que una necesite contarlo casi todo, contarlo mediante la palabra escrita. No sé por qué me pasa, pero es así. Tal vez porque en ocasiones es mejor obviar el sufrimiento que regodearse en él, pero no es regodeo, es que a veces una necesita soltar peso, y cuando lo sueltas te sientes descargada, como más ligera, eso te permite caminar, simplemente caminar.
Isolina Cerdá Casado
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