sábado, 4 de agosto de 2018

Agujeros en el asfalto

Hace calor, eso es algo indiscutible. Hay cosas que acentúan la sensación de calor, por ejemplo el cansancio ante situaciones que se repiten, pero no hablemos de ellas, ¿para qué? Lo que hay que hacer es cambiarlas. Todo es una percepción, basada en hechos reales sí, pero percepción, lo que se percibe es subjetivo. A veces es un algo interno, a veces lo externo es el detonante. La cuestión es que en esos estragos te invade la duda.

La duda es libre, es el resquicio de libertad que nos queda. Puedes estar sentada en un sofá azul y sentirla, oír a lo lejos los ladridos de unos perros y seguir sintiéndola. Es el pequeño paraíso íntimo de libertad. Y ya no necesitas más, el poder pararte y guiar tus reflexiones hacia un lugar mejor no cuesta dinero. Las chicharras cantan, ese sonido se entremezcla con el zumbido de las moscas y de mis pensamientos, el calor está haciendo estragos en el camino asfaltado de la cordura. Escucho las máquinas del asfalto intentando tapar agujeros, pobre camino roto por el excesivo tránsito de ideas, nunca estuvo el tráfico tan denso, ¿o sí?  

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