martes, 17 de julio de 2018

Ni Siria ni Roberto

Salía de la clínica dental con la boca anestesiada, feliz de haberme quitado de encima los empastes que tenía pendientes de la última revisión. Mientras esperábamos a la doctora,  yo sentada en el sillón instrumental, el auxiliar y yo debatíamos sobre la fortuna no percibida, a las quejas del cansancio diario le siguieron la percepción de la suerte que teníamos, cada uno en su propia vida. Yo le hablaba de lo mal que me sentía en el día de hoy porque tenía pendiente esos empastes y no me apetecía nada ir al dentista. Pero a la vez que tenía esa percepción negativa, me iba hasta otro lugar, el del pensamiento positivo. Puedo permitirme el lujo de ir al dentista... En esa debacle estábamos cuando llegó la doctora y en un pis pás se zampó las caries y los ciento cuarenta euros. 
Salía de la clínica como iba diciendo, y justo al pisar la acera unas mujeres de unos treinta años se acercaron a mi altura y la rebasaron, de modo que pude escuchar la conversación que tenían entre sí, tal vez de no haber tenido la previa conversación con el auxiliar no le habría prestado atención, no sé, la cuestión es que se me acentuó el sentido auditivo.
"Pues tú no sabes lo bien que estás. Mira, el Roberto se ha juntado con una mujer que tiene tres hijos, tres. ¿Cómo te quedas?"
Cogí el móvil e hice una foto hacia la plaza, dirección hacia la que me dirigía. Recordé lo que me dijo el auxiliar: "Si es que siempre hay algún vecino peor. Bueno, no necesariamente vecino. Mira como están en Siria." Silencio triste.
La conclusión previa a la llegada de la doctora fue la siguiente: "Lo que pasa es que no somos conscientes de la suerte que tenemos."
 Deberíamos entender que no es necesario mirar hacia afuera, ni a Roberto ni a Siria, para encontrar nuestra propia felicidad. Deberíamos poder mirar hacia adentro y simplemente valorar la vida, lo que tenemos, solo así seremos capaces de percibir la belleza del violeta claro de las flores del geranio de la ventana contrastado con un corazón intenso.

Isolina Cerdá Casado

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