lunes, 17 de noviembre de 2014

Llegó

    La verdad es que no es un buen momento, a veces ocurre, que la sensación de que te puedes comer el mundo desaparece sin más. ¿A caso llegué a pensar en algún momento esa posibilidad? No creo ni si quiera que hubiera estado en esa disposición en algún momento de deglutir nada ajeno a mí. Yo nunca me he comido nada, pero sí he tenido impulsos. "No mientas, ayer tuviste uno reconocible". Pero hay miles de impulsos diarios que están ahí, ayudándome a caminar, a levantarme por la mañana tras el sonido del despertador, a lavarme la cara y sentarme en la taza del váter, a coger la cafetera y desmontarla para volverla a montar acto seguido llena de café natural y agua del grifo. En realidad me estoy impulsando todo el tiempo, ahora mismo estoy impulsada, sin apenas tiempo real, dispuesta a dejarme contar, frente a la pantalla en blanco, abarrotada de negaciones y cosas por hacer, con el dichoso café matutino, con el cielo aclarándose poco a poco, con el frío que entra por las rendijas de las ventanas, con las noticias de fondo, allá en oriente medio vuelve a haber sangre derramada. Es un buen momento, contradictorio, extraño, frío, pero esperanzador porque este gesto, de ponerme aquí delante, frente a una página en blanco, llenándola de sensaciones e impulsos ha vuelto. Tal vez todo surge por una serie de conflictos en el alma, pero gracias a ellos la inspiración llegó.

Isolina Cerdá Casado

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