sábado, 7 de diciembre de 2024

Semanal 1: Clic

Vamos, empieza ya, escribe, sobre lo que sea, oblígate, siéntate y dedica un tiempo a la escritura. Sabes que hubo un tiempo en el que la escritura fue una tabla de salvación, tal vez en el momento en el que dejé de hacerlo empecé ahogarme en mis propios pensamientos, porque ya no compartía mis angustias y mis puntos de vista de un mundo que no es fácil para nadie. Bueno, matizo, el mundo es el que es, nuestro paso por el mundo es el que está cargado de dificultad, de una u otra índole, no importa el matiz, la concreción del pozo, del bache, del nudo en la garganta, todos y cada uno de nosotros nos vemos obligados a caminar erguidos por más que caigan piedras sobre nuestro tejado y de pronto tengamos miles de goteras encharcando nuestros pensamientos, nuestros sentidos, nuestros sueños.

Puerta monumental y autobús azul.


Un autobús azul cargado de personas, hombres y mujeres luchadoras, cada uno con su propia carga, sentado en el asiento, mirando por la ventanilla alguien ve a una mujer con un móvil en la mano, haciendo una foto a la puerta monumental, a través de la ventanilla del autobús piensa en esa mujer, con más de cincuenta años que se ha parado en medio del paso de peatones, está cruzando a la vez que inmortaliza un instante. El viajero del autobús no sabe que esa mujer justo en ese momento está haciendo una serie de fotos para buscar inspiración, para ilustrar la tarea que le ha sugerido su psicoterapeuta, de alguna manera esa mujer con el móvil en la mano está buscando sentidos, maneras de ir arreglando las goteras en su cabeza. Ella, la mujer escribidora empezó por poner cubos que recogieran toda ese agua de lluvia porque ella quería seguir con su vida como si no importara la cantidad de cubos que tenía que ir poniendo en su mente. Hasta que llegó un punto en el que tenía su mente llena de cubos y apenas podía caminar por su propia cabeza, el alma empezó a inundarse también, ella seguía ignorando el encharcamiento, no le daba importancia a esa inundación que la estaba ahogando, porque no se había puesto en valor, en el valor adecuado, en el lugar que debía darse a sí misma. Estaba tan volcada en los demás que se olvidó del ahogo propio. El viajero del autobús pensó que aquella mujer era una turista pirada que solo pensaba en subir fotos a Instagram para inmortalizar su viaje a Madrid. Lo que no sabía el viajero del autobús era que ella, aquella mujer de más de cincuenta años, rebosaba cierto bienestar tras salir de la consulta con su psicóloga, y en ese trayecto que recorrió hasta la parada de metro de Moncloa, fue inmortalizando instantes en busca de imágenes inspiradoras, le daba igual una sombra, una hoja de otoño entre la hierba, o un escaparate de una librería, espacio mágico donde los haya. Aquella mujer tenía una luz distinta en el rostro porque se la estaba reforzando y sin saber muy bien cómo iniciaba el camino hacia la reparación de su propio tejado. Pero ¿por qué esta mujer necesitaba de alguien externo para llenarse de valor y volver la mirada hacia sí misma? Pues porque a veces sucede, y el patrón de conducta resulta ser autolesivo para una misma. Y un pequeño clic te hace darte cuenta de muchas cosas, el clic de la puerta de la consulta al abrirse, el clic del semáforo al cambiar a verde, el clic de un cruce de personas anónimas con sus propias goteras, el clic de un cielo azul, el clic de un rayo de luz, de un palacio, del olor a churros en plena cocción, de una tienda de souvenirs, de una larga cola para comprar un número para el sorteo de navidad en una administración de lotería enclavada en una estación de cercanías.
    
Isolina Cerdá 

Tienda navideña de souvenirs.

Rayo de luz que entra por el lado superior izquierdo.

Escaparate mágico.

Hoja de otoño.

 

martes, 19 de noviembre de 2024

La amiga mexicana y el árbol mágico. Gracias Diana.


 Su amiga, de hacía poco tiempo, sí, de apenas unos pasos de entre los largos y muchos kilómetros vitales que llevaba recorridos, su amiga mexicana le había sugerido que ante su malestar y su pena se abrazase a un árbol. Decía que los árboles con su sabiduría se llevaban lo negativo y te regalaban paz, en plena coordinación con la naturaleza. Así fue como ella, la mujer que estaba en plena crisis vital, sumida en una depresión paralizante hasta la respiración, se abalanzó hacia el primer árbol que encontró y se fundió en un eterno y casi simbiótico abrazo. Tanto fue así que la gente que pasaba por allí no era capaz de distinguir dónde empezaba el árbol y dónde la persona.

La mujer tenía tanta necesidad de paz que se fue solapando con él, adentrándose en cada uno de los círculos de vida, es cuando se pudo dar cuenta de que aquel símbolo de la naturaleza salvadora se había convertido en un sentido vital para ella. Savia y sangre, corteza y piel, ambos caminaron juntos en la inmovilidad del enraizamiento arbóreo. Y fue sintiendo cómo entraban en ella nutrientes vitales que procedían del mismísimo centro de la tierra.

Su perrita, llena de tranquilizantes para controlar los ataques de epilepsia, la miraba con esa inteligencia canina, conocedora del mal que acechaba el alma de su amiga humana. La gente se sorprendía al ver un pastor alemán que miraba un árbol en el que apenas quedaba una bota y un pañuelo de aquella mujer fusionada, y parecía que aquellas extrañas prendas estaban siendo custodiadas por aquella mágica criatura canina.
Luego, al paso del tiempo, horas, días, quién podía saberlo, la mujer salió del árbol, consiguió volver a ser ella y se fue de camino a casa junto a su perrita Leia, como poco tendría que hacer la cena, o la comida, o quién sabe qué otra cosa mundana, lo que sí sabía era que iba con un poco de paz en el cuerpo y una menor intensidad de dolor en el alma.


Isolina Cerdá

martes, 27 de agosto de 2024

No te olvides

 





Era fuerza, es luz. No te olvides de ti misma, de tu energía, de tu magia creativa, de la necesidad expresiva. Porque si no te ahogas, lo sabes y lo sientes. Quiero decirte que siempre hay esperanza, siempre, por mucho que parezca que tu mundo se hunde, que se tambalea. 
Esta plantita llegó a Madrid hace diecinueve años, la trajo de mi campo mi marido, la había plantado mi mamá, cada año nos regala flores como estas para recordarnos que ella estuvo aquí, y sigue ahí, siendo luz. Ni la Filomena ha podido con ella. Maravilla inspiradora.

Isolina Cerdá.

Juego creativo, imagen inspiradora.


Todo comenzó aquel día, una tarde cualquiera, me metí en un baño de un gran centro comercial, mi hija esperaba fuera frente al espejo arreglándose el pelo tras lavarse las manos. Una vez hice pis, de pie, revisé cuál era el alcance de mi puntería pélvica, y justamente al ver el esparcimiento sobre el váter de ciertas gotas amarillas me entró en el cuerpo ella, la inspiración. Y mientras limpiaba el derrame con un montón de papel higiénico tuve un extraño impulso de escribir, de contarlo, de dejar inmortalizada esa sensación tan agradable y peculiar al mismo tiempo, sobre todo por cómo surgió, curiosamente sentía que tenía que ver con la madurez y ese momento concreto de mi vida en el que solo me importaba vivir, no me miraba para ver si estaba guapa o no, no tenía necesidad, me sentía bella, bien, sin presiones, casi flotando. Salí del baño con una sonrisa, mi hija me miraba inquisidoramente tratando de saber qué me había pasado, pero no me preguntó y yo no le dije nada, no podía explicarle en ese momento de esparcimiento que un poco de orina derramada me había causado dicha sensación. Algún día lo leerá. Lo mismo que "Algún día llegarás", Corazón.
La cuestión, llevo todo el verano queriendo sentarme a escribir, bueno, con el impulso, con ese punto de inspiración creativa que busca una salida, que necesita de un tiempo de dedicación y exclusividad. Y justamente hoy, tras leer un texto escrito por mí en el 2015, "La mujer que se cortó la trenza y le dio la llave al príncipe para que entrara por la puerta. Ahí acabó el cuento", he pensado que hace mucho tiempo que no escribo creativamente, todo esto ocurrió mientras terminaba de desayunar y decidí inmortalizar la imagen y dejarme llevar por lo que ahí ocurría, o podría ocurrir, o tal vez estaba ocurriendo. 
La mujer zurda se había cortado en dos, fue un corte limpio, tan limpio y reluciente como lo fue aquel que tuvo lugar en el porche de una caravana, cuando una mano buscaba a tientas unos pendientes que un buen amigo le trajo de Italia y una cuchilla torpemente metida en la bolsa de aseo le rebanó la yema del dedo gordo de su mano izquierda.
La mujer se sentía feliz cortada en dos, sabía que iba a causar una gran y redundante felicidad a la escribidora, acompañada de un buen café con leche. Sus dos mitades se adentraron en la tostadora Taurus, allí estuvieron un tiempo finito, y cuando se tostaron lo suficiente, una de las mitades se vio untada por una fina capa de mantequilla sobre la que bailó otra capa de mermelada de tomate. A la otra mitad le tocó un gran chorro de aceite y adquirió un color dorado que mojada en la piscina de café parecía una provocadora jovencita a la que solo le faltaba un gran bikini rojo hecho de tomate restregado para enloquecer a las masas. 
Bueno, vale, no era una mujer, era un trozo de pan que le quedó a la escribidora del día anterior y que compró en un super mercado exprés cuando paró al volver del dentista para comprar los cereales del gallo que tanto gustaban a su hija. 
Un bizcocho esponjoso estaba dentro de un táper de tapa naranja, hecho con los huevos de mi marido, de yema naranja, unas hueveras con más huevos se escondían en las hueveras reutilizadas de huevos de gallinas de maridos ajenos que trabajaban en granjas de Almoguera y de Totana respectivamente. El dato es curioso e innecesario, lo sé, pero de repente salgo de Madrid, y paseo mi mente por Guadalajara y por Murcia, ésta última alberga agradables recuerdos y personas inspiradoras muy importantes en mi vida creativa. 
Y la medicación, la mía, envase gastado verde, la de Agus, envase gris, y la de Leia, mi perrita bonita, dos cajas.
Sal rosa y un ticket de una tienda de plantas y animales de color verde, que inmortaliza las plantas que ha comprado mi marido para un estanque maravilloso que ha hecho poquito a poquito, suave, suavecito.
De fondo, previo encendido con el mando del televisor, se escuchaban testimonios y noticias diversas: el juicio de Daniel Sancho (creo que esa ha sido la determinante para dejar de hablar de dos mitades de mujer tostada), la muerte de una mujer aristócrata y muy joven, el Procés y sus historias, y la Caixa y la mujer del presidente... En ocasiones es mejor apagar la tele, como hace mi hija cada vez que escucha una noticia triste o dura, prefiere permanecer en la ignorancia antes que hundirse en la tristeza de la oscuridad cotidiana. Es muy sensible y empática, la pobre ha salido a la madre.

 

Esto es lo que ha salido de un momento de impulso e inspiración, solo por si alguien lee el texto, alguien que no sea yo, alguien que de pronto llega hasta él, me conozca o no me conozca, ha de saber que la conclusión clara es la siguiente: Todo llega, lo bueno y lo malo, todo pasa, lo bueno y lo malo. A los momentos de dificultad solo les queda una cosa: pasar y que lleguen otros momentos de menos dificultad. Así que si estás en un momento de tu vida difícil, lo mismo que ese instante inspirador llegó y se fue, y ha vuelto, lo mismo que las gotas de pis desaparecieron por la pasada contundente de un papel higiénico de calidad. Lo amarillo, pestilente  e invasivo que tengas en tu vida ahora pasará, simplemente coge un buen trozo de papel absorbente, puedes ir a un centro comercial y coger un trozo en uno de los meaderos y limpia, limpia, limpia.

          La inspiración llegará y el mal momento pasará, te lo dice una mujer cortada en dos, con una                  buena mermelada de tomate untada en cada uno de los rincones de su cuerpo. 

 Isolina Cerdá




 

martes, 25 de junio de 2024

ABRA

 Abra-zos, abra-zame, abra- la puerta y permítase soñar, abra- la mente, abra- su casa y siéntase feliz en ella. Vístase, compleméntese, regodéese en el talento de las piezas impregnadas por la creatividad de ABRA. Allí estaba el artista, un regalo de persona, recibiendo con una sonrisa a los apasionados de la moda, de esas estrellas brillantes, de esos momentos de inspiración... Piezas únicas, que tienen un porqué, fruto de la catarsis, del momento inspirador, de la locura creativa. 

    Instalado en Paris, creando en la ciudad del amor, sonriendo creativamente, viviendo lleno de luz. Y justamente luz es lo que tienen sus creaciones, plasman ese halo creativo que lo envuelve en los momentos de inspiración, cuando el duende baila en su cabeza y siente como si volara. Y es ese duende el que te regala unas alas para volar.

    






Vuela, sigue volando. Porque con tu arte los demás podremos volar.


Y en el silencio de la noche, una luna llena imaginaria le susurra al oído de la zapatilla del pie derecho una canción y poco le falta a doña Rosita para empezar a bailar con su gemela doña Rosina del pie izquierdo le French Cancan y darle pierna arriba pierna abajo un buen meneo a la falta. 



miércoles, 15 de mayo de 2024

Tiempo de volver


 Te quiero, aunque no haya sabido decírtelo oportunamente y me haya olvidado de ti en tantas ocasiones, sin verte de verdad, sin escucharte como mereces, sin tenerte en cuenta, creyendo que lo demás era más importante que tú, tu derecho a equivocarte, tu derecho a descansar, reír, llorar, por ti y contigo. Tan lejos he estado de ti que no vi venir la tristeza que te estaba acechando, ni el sin sentido, ni esa falta de ilusión que llegó a envolverte. Y sin embargo disimulabas, apenas dejabas ver una lágrima en tu mejilla, tantas lágrimas que caían invisibles, nadie las podía ver, ni si quiera tú, pero sentías cómo caían y hacían surco. Yo quiero que el surco lo forme la risa, que sea el motor, que la ilusión te vuelva a empujar el ánimo y te haga emprender nuevos proyectos. Vivir, quiero que vuelvas a sentirte así, llena de fuerza y energía, porque sabes que está en ti, así como ya sabes lo que es la oscuridad más absoluta aun a pesar de un sol brillando más allá de las nubes. Me olvidé, me dejé arrastrar por la negrura, y sin saberlo, sin ser consciente, te abandoné. Hoy vuelvo, hoy de nuevo estaré a tu lado, conscientemente, te abrazaré desde lo profundo, volverás a ser lo que eres y nunca dejaste de ser, te verás, serás grande, un bello impulso, un sentido.

Semanal 1: Clic

Vamos, empieza ya, escribe, sobre lo que sea, oblígate, siéntate y dedica un tiempo a la escritura. Sabes que hubo un tiempo en el que la es...