Si tuviera que describir a mi amigo fundamentalmente utilizaría dos palabras: respetuoso y bromista. Son dos cualidades, además de muchas otras que tiene Rafa que lo hacen único. Él es celador, de esos que siempre ven el lado positivo, que atienden a los pacientes con delicadeza, con respeto máximo, con la tonicidad adecuada, una buena persona que no va a alterar a nadie, que nunca se desvía del camino de la corrección por más que la situación pudiera llevarte a ello. Lo cierto es que la mayoría de las personas que están ingresadas en un hospital son agradecidas y tratan al personal con respeto, pero de vez en cuando has de tratar con personas cuyas formas y actitudes requieren una alta dosis de paciencia y contención. Pues bien, aquel día ambos fuimos sufridores de un comportamiento inadecuado, era un hombre violento y que hablaba de un modo desafiante y agresivo, cuestionaba todas las acciones, e incluso se atrevía a reprochar la experiencia de Rafa. Mi compañero y yo nos mirábamos y asumimos que se debía hacer el trabajo sin contribuir ni dar la más mínima oportunidad a que ese personaje encontrara un motivo para que diera rienda suelta al monstruo que claramente llevaba dentro. Conseguimos ingresar al paciente en su habitación sin que sus actitudes e improperios modificaran la ruta de nuestra labor.
Rafa es correcto e increíblemente bromista, seguro que todo aquel que lo conozca tiene alguna anécdota graciosa que ha vivido con él. Porque este hombre es de los que piensa que es mejor echarle humor a la vida, y optar por reírte, siempre que puedas elegir entre reír o llorar. ¿Y qué puedo decir al respecto? Pues que es todo un acierto, una fabulosa visión de la vida, sonríele y ella te sonreirá. Haberte conocido es un regalo querido amigo.
Y es que Rafa es amigo de sus amigos, y tiene un montón de amigas y amigos con los que le gusta disfrutar, en el fútbol con su Atlético de Madrid, a la sombra de un buen menú, entre montones de personas saltando en pleno concierto al ritmo de una buena banda de rock, ojalá se pueda volver a disfrutar después de esta pandemia. Y es que Rafa es uno de los guerreros que se ha enfrentado al virus en pleno escenario bélico, y aunque se contagió, tras recuperarse volvió con más fuerza. Gracias valiente.
Yo siempre he pensado que de no ser celador habría sido un gran director de cine independiente con toques de humor inteligente. Memorables sus creaciones audiovisuales, sus sketches increíbles.
Se agradece mucho tener un compañero de trabajo que sea capaz de sacarte unas cuantas risas. Y ese es Rafitet. Gracias por ser así, por despertar sonrisas, por crear imágenes divertidas en las mentes de todos, por ayudarnos a salir de vez en cuando de la cotidianidad. Gracias por ayudarme a ver esa empanada voladora que tú y yo sabemos, y hacerme reír como una enana.
No cambies querido, se te quiere.
Isolina Cerdá Casado
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