lunes, 20 de julio de 2020

Para mis valientes compañeros celadores y celadoras del hospital La Paz

https://anchor.fm/isolina0/episodes/Para-mis-valientes-celadores-del-hospital-La-Paz--texto-de-Isolina-Cerd-epajlr

Qué puede relacionar una imagen con otra, una tarta de frutos rojos del bosque con la puerta de urgencias de un hospital, pues lo que hace que ambas instantáneas estén relacionadas es un celador, es una recuperación, es una muestra de la grandeza y también de la amistad y el compañerismo, y por qué no decirlo, de un artista repostero. ¡Venga si solo es una tarta! Sí, pero está cargada de emociones, de promesas cumplidas, de celebraciones pospuestas, de cariño, de superación.

Cuando escribo sobre aquellos meses especialmente difíciles siempre lo hago volviendo a las imágenes que se sucedían dentro de los boxes y las diferentes salas, esas muertes, esas agonías tan dolorosas de las que hemos sido testigos enfundados en nuestros epis, pero me faltan tantas cosas por sacar a la luz, entre ellas las vivencias como grupo, como colectivo de celadores y celadoras, sí, nos afectó a todos los gremios hospitalarios, y no solo hospitalarios lo sé. Pero tengo la sensación de que me olvido de los compañeros y compañeras que se vieron obligados a parar, a aislarse en sus casas, a permanecer encerrados en una habitación para proteger a sus seres queridos, para impedir que el virus se extendiera, no he escrito sobre ellos y ellas pero no lo olvido, todo está ahí, en esa especie de agujero negro que absorbe todo cuanto tiene que ver con la pandemia y lo guarda en un estante, pero yo soy muy desordenada y de vez en cuando tengo que sacar y volver a colocar las imágenes, y ahí es donde te das cuenta de que hay cosas que hay que tirar sin más y otras que aunque intentes deshacerte de ellas pesan demasiado.
    Recuerdo aquel día que vino Nico tras permanecer días aislado en su casa, vino por las Urgencias del Hospital La Paz, consciente de que su situación había empeorado y que no bastaba el aislamiento, necesitaba oxígeno y tratamiento. Recuerdo su mirada, es el efecto de las mascarillas, todo se expresa con los ojos, recuerdo haber tenido que reprimir el impulso de abrazarlo, recuerdo verlo desde su silla de ruedas dar indicaciones de la peligrosidad de no acercarse, todavía no estaban demasiado claros los protocolos y la gente aún no era consciente del riesgo. Él lo advertía desde su silla de ruedas. También me acuerdo de Pau, cuando sentado en lo que apenas unas semanas atrás era una sala de espera y ahora era un box más de atención previo a ingreso, rodeado de montones de personas que como él necesitaban la entrada inminente de oxígeno en sus pulmones nos saludaba con gestos porque apenas podía hablar sin agotarse. Imposible olvidar al siempre irónico y bromista Rafa, cuando sentado en uno de los sillones del cuarto de celadores afirmaba no encontrarse demasiado bien, con una tos atípica, sin gusto ni olfato e intuyendo que el virus estaba pululando en sus adentros, con la gran preocupación de que sus padres no se vieran afectados. Luchando contra el miedo y el temor con esa sensatez que le caracteriza. Sí, se hizo la prueba y dio positivo. Pronto llegaría la noticia de que dos compañeros estaban muy graves, uno de ellos pasó meses luchando en la UCI, ahora sigue luchando. Era todo tan duro, ver cómo un compañero tras otro bajaba a la Urgencia porque tenía síntomas, y la mayoría se veía obligado a parar porque tenían el Covid. No solo celadores, claro, pero es que a nosotros se nos consideró personal de bajo riesgo y a las pruebas me remito de que fue una consideración errónea. Bajaban muchos compañeros como digo, sabías que eran de la casa, bajaban con el uniforme y todos con la misma mirada de terror porque lo primero que pensaban era en su familia. Recuerdo cuando Nuria empezó con dolor de tripa, positivo, su madre persona de riesgo, miedo, terror, aislamiento. Mónica y su asma, luchó y lo superó. También Soraya, que empezó conmigo el año pasado, ¿quién nos lo iba a decir cuando ilusionadas volvíamos en el metro de firmar el contrato? ¿Quién podía prever algo semejante? O cuando nuestra encargada dio positivo y estuvo meses aislada, la imaginaba subiéndose por las paredes porque es muy activa, sabedora de los riesgos, estoy segura de que nos tenía a todos sus celadores en la cabeza. Entonces le tocó a Isa, otra encargada, que estuvo en las Urgencias dándolo todo, el virus también le atacó el motor de arranque y tuvo que parar. Tantos compañeros celadores, Esther, Rosa, Emi... Ahora casi todos están de vuelta, y Nico hace una tarta deliciosa que dejó pendiente, y Rafa está bromeando siempre que puede, y Nuria prepara coreografías mágicas para dar ánimo, Paulino vuelve a estar en la puerta de abajo poniendo orden, y Mónica te sonríe feliz cada vez que te cruzas con ella, supongo que ya habrá recuperado el gusto tanto tiempo alejado de sus sensaciones y Eli ya ha vuelto a la Urgencia con las mismas ganas de siempre y esa energía arrolladora que la caracteriza, también Isa vuelve a estar al frente de la conserjería. Pero aún hay compañeros de baja por secuelas del Covid. Esto no ha acabado, lo sabemos.
Un año, ha pasado un año desde que empecé a trabajar como celadora, pero parece una eternidad, el cuerpo está cansado, el alma tocada pero me siento feliz. Sigo sintiendo que este trabajo es especial, donde se cruzan miradas de forma transitoria, donde una mano es más útil que nunca, una actitud, una sonrisa, una alerta; y sigo sintiendo que hay un buen equipo de celadores y celadoras con los que aprendo día a día en las Urgencias de la Paz. Gracias: Donato, Mayte, Carmen, Sole, Marijose, Sergio el valenciano, Pedro, Javi, Luis, Eva, Sergio, Paula, Manoli, Isa, Marga, Laura, Julia, Alberto, Ángel, Antonio, Silvia, Ana, Sandra, Esther, César, Marisa, Miguel Ángel, Mari Ángeles, Jaroso, Bibi, Leti, Jose, Bea, Patri, Gema, Susana, Tere, Marlene, Susi, Paqui, Almu, Lola, Fer, Rita, Sagrario, Olga, Martín, Kiko, Merce, Marta, Gema, Rocío, Mónica, Noemí, Óscar, Charlie, Juanma, María Jesús, Paloma, Ramón, Fernando, Maica, Juan, Irene, Jessy, Lessly, Yoli, Miguel, Patri, Lourdes, Candi, Juan Carlos, Dani, Juanjo, Josefina y un largo y valiente ejército de luchador@s.
No quiero que se vuelva a repetir la imagen, una mujer con apenas un hilo de vida, en la pared que tenía frente a su cama un dibujo precioso, un arcoiris con un mensaje de esperanza, tal vez mandado por su nieta con todo el cariño del mundo, seguramente era de su nieta o de un niño que quiso compartir su fuerza. Imaginas sus manitas dirigiendo el rotu, su carita inocente, su mirada azul y la pones frente a esas manos cargadas de surcos de vida, con su mirada asustada, y sus ojos también azules. No lo sé. Pero, ojalá no volvamos para atrás, porque los sanitarios estamos muy tocados, todos, porque los que no cayeron y estuvieron al cien por cien también tienen secuelas, las tenemos, y si un simple gesto puede evitar que se monte nuevamente una carpa para poder organizar la urgencia de un hospital, si el cumplimiento de unas mínimas directrices pueden evitar que una persona tenga que pasar por lo que pasaron y están pasando tantas personas sería muy triste, sería un golpe bajo por parte de nosotros mismos, no del Covid, el o la Covid va de frente, y te va a atacar al mínimo descuido, en cuanto bajes la guardia. Por ti, por mí, por esa mujer o ese hombre que gracias a tu gesto no perderá la vida.

Isolina Cerdá Casado

19 comentarios:

  1. Gracias compañera!! Con tu permiso comparto!!

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    1. Muchas gracias x explicar a todos como nos hemos sentido los s celadores,considerados de bajo riesgos,sin tener no la más remota idea del trabajo que realizamos el los hospitales...
      Comparto....

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    2. Muchas gracias x explicar a todos como nos hemos sentido los s celadores,considerados de bajo riesgos,sin tener no la más remota idea del trabajo que realizamos el los hospitales...
      Comparto....

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  2. Muy chulo este detalle de destacar todo el trabajo y sentimientos que hacéis y habéis vivido.Un trabajo imprescindible y poco visible que hacéis día a día.

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  3. Si hay alguien que sepa expresar con palabras los sentimientos que bullen en nuestro interior, esa eres tú.
    Nuestro colectivo estuvo, y está, en esa primera línea de la lucha contra cualquier "bicho" que se atreva a traspasar la puerta del hospital. ¡Cuántas veces habremos tenido que medicarnos por haber estado en contacto con pacientes de los que se ignoraba su patología!.
    Y con la Covid-19 no iba a ser menos.
    ¡Cuántos compañeros siguen de baja aún!. Algunos batallando desde el mes de marzo...
    Gracias por tus palabras. Gracias por tenerme presente. Gracias por ser como eres.

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  4. Yo te he visto, os he visto,trabajar compañera.
    Yo te he visto, os he visto, con el uniforme empapado en sudor después de quitaros el Epi. Yo te he visto, os he visto entrar en todas partes, en salas de urgencias, en habitaciones, en uvis, en quirófanos. Yo te he visto, os he visto llegar a donde solo van los celadores, a la última y nefasta salida, al mortuorio ,una y otra vez, una y otra vez, y otra, y otra...
    Yo te he visto, os he visto luchar por mascarillas, batas, guantes, gel hidroalcoholico,hasta por el calzado adecuado.
    Yo te he visto, os he visto llorar, de rabia, de impotencia, de miedo.
    Yo te he visto, os he visto, sufrir con los pacientes, consolar a los que entraban asustados, doloridos, febriles, correr con los que entraban sin respiración, acomodar a los que no podían ni moverse.
    Yo te he visto, os he visto sufrir.
    Yo te he visto, os he visto, luchar
    Contra el covid y contra todos, contra los que no os daban los epis, contra los que os consideraban personal de bajo riesgo.
    Yo te he visto, os he visto mientras trabajaba y mientras estuve ingresada.
    Yo he visto todo lo que tenéis que sacar, todo lo que no se os puede quedar dentro, pudriéndose, porque no os lo merecéis. Porque os merecéis descansar, porque os merecéis un reconocimiento por parte de todas las instancias de este hospital que, como tantos otros, tratan de manera tan ignominiosa a este grupo tan cualificado que, aunque no tenga una cualificación profesional, ha sabido trabajar y estar en primera línea como nadie.
    Descansa Isolina, descansad compañeros, llorad todo lo que necesitéis y tengais ganas, os lo habéis merecido de sobr.

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    1. Gracias. Porque no todos son capaces de conocer y reconocer la figura del celador.

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    2. Gracias Isa, increíble texto, gracias por ser una gran encargada y cuidarnos como lo haces. Un besote grande!

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  5. Muchas gracias x explicar a todos como nos hemos sentido los s celadores,considerados de bajo riesgos,sin tener no la más remota idea del trabajo que realizamos el los hospitales...
    Comparto....

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  6. Muchas gracias por acordarte te tantos compis que lo han pasado mal otros por suerte lo pasamos pero casi sin enterarnos, y sobre todo por lo jodido que han sido estos meses. Gracias

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  7. Muchas gracias por compartir como nos hemos sentido, en mi caso perdiendo un familiar y viendo igual que todos como se iban o luchaban compañeros y los familiares de otros, anónimos y tan cercanos en los boxes para nosotros
    Un beso compi

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  8. Gracias Isolina, nos has emocionado y a más de uno nos has robado las lágrimas.
    Es verdad has sabido explicar cómo hemos estado y poco a poco como hemos ido cayendo unos detrás de otros.
    En mi caso, nos ha dejado sin abuel@s además con la sensación de abandonó a nuestras familias.
    Además de la tristeza de todo lo que hemos vivido y hemos visto muchos nos hemos traído el Covid a nuestras casas, yo cuando me dieron el resultado no me lo podía creer, llore y lloré por la sensación de culpabilidad de traerlo a casa y a mi familia.
    Pero con tristeza de dejaros, en esos momentos tan difíciles y tristes sin poderos ayudar.
    Y además recibiendo vuestras llamadas de ánimo y de tristeza de oír todos los que estábamos enfermos.
    Nos has nombrado a muchos por qué hemos sido una piña de compañer@s y engargad@s.
    Gracias un abrazo muy grande tú compi de noches/ tardes y ahora de mañanas.Gracias.

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  9. Ay, cuánto lo siento, eres muy valiente, gracias por no dejar de estar ahí, en el frente. Un besote!

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